Si lloras porque se pone el sol
tus lágrimas no te dejarán
ver las estrellas.
Largo es el tiempo en que creyó
que su inocencia ya murió.
Al fin comprendió
que la avaricia lo encerró
y siendo cautivo jamás suplicó,
su tiempo expiró.
Ahora recuerdas con pena
tu triste condena, tu poca humildad.
Contemplas tu rostro con miedo,
el daño ya está hecho, ya no hay marcha atrás.
Crees que todo has escuchado
vives mirando hacia otro lado
Nunca más volviste a ser tu.
Has dejado un mal pasado.
Piensas que aún puedes cambiarlo
pero no es así.
El odio que está regando tus venas
es tan frío que te hiela y no dejas de pensar
que ya no llevas hoy las riendas de tu vida
y lo que venga otros lo decidirán.
¡Tu! Pudiste elegir.
¡No quisiste cambiar!
Y ahora lamentas tu triste realidad.
¡Tu! Llegaste hasta aquí.
¡No!, ya no hay marcha atrás.
Por ello tu orgullo caerá.
El odio que está regando tus venas
es tan frío que te hiela y no dejas de pensar
que no llevas hoy las riendas de tu vida
y lo que venga otros lo decidirán.
¡Tu! Pudiste elegir.
¡No quisiste cambiar!
Y ahora lamentas tu triste realidad.
¡Tu! Llegaste hasta aquí.
¡No!, ya no hay marcha atrás.
Por ello tu orgullo caerá.
tus lágrimas no te dejarán
ver las estrellas.
Largo es el tiempo en que creyó
que su inocencia ya murió.
Al fin comprendió
que la avaricia lo encerró
y siendo cautivo jamás suplicó,
su tiempo expiró.
Ahora recuerdas con pena
tu triste condena, tu poca humildad.
Contemplas tu rostro con miedo,
el daño ya está hecho, ya no hay marcha atrás.
Crees que todo has escuchado
vives mirando hacia otro lado
Nunca más volviste a ser tu.
Has dejado un mal pasado.
Piensas que aún puedes cambiarlo
pero no es así.
El odio que está regando tus venas
es tan frío que te hiela y no dejas de pensar
que ya no llevas hoy las riendas de tu vida
y lo que venga otros lo decidirán.
¡Tu! Pudiste elegir.
¡No quisiste cambiar!
Y ahora lamentas tu triste realidad.
¡Tu! Llegaste hasta aquí.
¡No!, ya no hay marcha atrás.
Por ello tu orgullo caerá.
El odio que está regando tus venas
es tan frío que te hiela y no dejas de pensar
que no llevas hoy las riendas de tu vida
y lo que venga otros lo decidirán.
¡Tu! Pudiste elegir.
¡No quisiste cambiar!
Y ahora lamentas tu triste realidad.
¡Tu! Llegaste hasta aquí.
¡No!, ya no hay marcha atrás.
Por ello tu orgullo caerá.