Huyendo voy de tus rabias,
temiendo de tus enojos.
Llorándote a cada i'stante
cansa'os traigo los ojos.
Cansa'os traigo los ojos
de mirar tanto imposible.
Aunque mares se atraviesen
cada dida estoy más firme.
Cada dida estoy más firme
de una prenda que adoré.
Si no la puedo estar viendo,
¿cómo me consolaré?
¿Cómo me consolaré
yo el no poder merecerte?
Así están mis esperanzas
y en agonida de muerte.
Y en agonida de muerte
me sucede un contracaso:
me quieren dar a entender
que otra goza de tus brazos.
Que otra goza de tus brazos,
¡qué suerte tan abatí'a!
Ni aunque sufriera tormento
no te hay de olvidar, mi vi'a
temiendo de tus enojos.
Llorándote a cada i'stante
cansa'os traigo los ojos.
Cansa'os traigo los ojos
de mirar tanto imposible.
Aunque mares se atraviesen
cada dida estoy más firme.
Cada dida estoy más firme
de una prenda que adoré.
Si no la puedo estar viendo,
¿cómo me consolaré?
¿Cómo me consolaré
yo el no poder merecerte?
Así están mis esperanzas
y en agonida de muerte.
Y en agonida de muerte
me sucede un contracaso:
me quieren dar a entender
que otra goza de tus brazos.
Que otra goza de tus brazos,
¡qué suerte tan abatí'a!
Ni aunque sufriera tormento
no te hay de olvidar, mi vi'a