¿Qué hacer hoy para imaginarte
como si estuvieras aquí?
Sueña tu día junto al lado en que no estás,
ese que falta en mi canción.
¿Qué hacer hoy para merecerte
sin traicionar mi corazón?
Un canto nuevo entre las balas va a salir
y saldrá por y para ti.
Me asaltan lágrimas de fuego,
Internet y su rejuego,
nuestra Patria y su dolor,
los ojos nuevos de Zapata hacia Martí,
con su guiño de sonrisa y de pasión.
Sigo siendo, como ayer,
subversivo y corazón,
una luciérnaga perdida en el amor,
una palabra en verbo azul,
un rostro vivo sólo en ti,
una mirada que se cuece en tu calor.
¿Qué hacer hoy para recordarte
sin que me pierda en la intención,
sin que me robe el verso la Revolución,
sin saber bien si es ella o tú?
¿Qué hacer hoy para no tenerte
acurrucada en mi sentir
como esperándome en pasado, y por vivir
un sueño viejo en porvenir?
Me asaltan lágrimas de fuego,
Internet y su rejuego,
nuestra Patria y su dolor,
los ojos nuevos de Zapata hacia Martí,
con su guiño de sonrisa y de pasión.
Sigo siendo, como ayer,
subversivo y trovador,
una luciérnaga perdida en el amor,
una palabra en verbo azul,
un rostro vivo sólo en ti,
una mirada que se cuece en tu calor.
como si estuvieras aquí?
Sueña tu día junto al lado en que no estás,
ese que falta en mi canción.
¿Qué hacer hoy para merecerte
sin traicionar mi corazón?
Un canto nuevo entre las balas va a salir
y saldrá por y para ti.
Me asaltan lágrimas de fuego,
Internet y su rejuego,
nuestra Patria y su dolor,
los ojos nuevos de Zapata hacia Martí,
con su guiño de sonrisa y de pasión.
Sigo siendo, como ayer,
subversivo y corazón,
una luciérnaga perdida en el amor,
una palabra en verbo azul,
un rostro vivo sólo en ti,
una mirada que se cuece en tu calor.
¿Qué hacer hoy para recordarte
sin que me pierda en la intención,
sin que me robe el verso la Revolución,
sin saber bien si es ella o tú?
¿Qué hacer hoy para no tenerte
acurrucada en mi sentir
como esperándome en pasado, y por vivir
un sueño viejo en porvenir?
Me asaltan lágrimas de fuego,
Internet y su rejuego,
nuestra Patria y su dolor,
los ojos nuevos de Zapata hacia Martí,
con su guiño de sonrisa y de pasión.
Sigo siendo, como ayer,
subversivo y trovador,
una luciérnaga perdida en el amor,
una palabra en verbo azul,
un rostro vivo sólo en ti,
una mirada que se cuece en tu calor.