Olor a hierba quemada,
olor a establo y a pino,
animales que descansan,
y algarabía en el camino.
Una campana que tañe,
un horizonte de fuego,
y el ave que llega al nido,
eleva al cielo su ruego.
Ah áh aah.
Tras la montaña lejana,
la luna se echa curiosa,
y mientras muere la tarde,
la luz se enciende en la chozas,
La campiña languidece,
se va envolviendo en la calma
y el viento ya se adormece,
tranquilizando las almas.
Ah áh aah.
Las voces del día se escuchan,
llegar muy lejos muy lejos,
cual los amores pasados,
que siempre nos dejan ecos,
y así se muere la tarde,
como se va nuestra vida,
se va envolviendo en la sombra...
olor a establo y a pino,
animales que descansan,
y algarabía en el camino.
Una campana que tañe,
un horizonte de fuego,
y el ave que llega al nido,
eleva al cielo su ruego.
Ah áh aah.
Tras la montaña lejana,
la luna se echa curiosa,
y mientras muere la tarde,
la luz se enciende en la chozas,
La campiña languidece,
se va envolviendo en la calma
y el viento ya se adormece,
tranquilizando las almas.
Ah áh aah.
Las voces del día se escuchan,
llegar muy lejos muy lejos,
cual los amores pasados,
que siempre nos dejan ecos,
y así se muere la tarde,
como se va nuestra vida,
se va envolviendo en la sombra...