ivo en el barrio alto, justo al lado del desprecio, entre olor a madera quemada, papel y carbón.
El ruido de sirenas mientras se apagan las luces.
Volverá a acariciarme el silencio, dentro de mi eterna oscuridad. Por favor deja la luz, tengo miedo de caer al fondo una vez más.
Despertar, nada que esperar; solo restos de sueños que olvidar. Ven aquí, que puedes decir si nunca me ves sonreir.
A veces, la humedad dibuja caras en el techo, que ríen para luego, gota a gota, llorar.
El humo entre mis dedos mientras se cierran los ojos.
Volverá a acariciarme el silencio, dentro de mi eterna oscuridad. Por favor deja la luz, tengo miedo de caer al fondo una vez más.
Despertar, nada que esperar; solo restos de sueños que olvidar. Ven aquí, que puedes decir si nunca me ves sonreir.
El ruido de sirenas mientras se apagan las luces.
Volverá a acariciarme el silencio, dentro de mi eterna oscuridad. Por favor deja la luz, tengo miedo de caer al fondo una vez más.
Despertar, nada que esperar; solo restos de sueños que olvidar. Ven aquí, que puedes decir si nunca me ves sonreir.
A veces, la humedad dibuja caras en el techo, que ríen para luego, gota a gota, llorar.
El humo entre mis dedos mientras se cierran los ojos.
Volverá a acariciarme el silencio, dentro de mi eterna oscuridad. Por favor deja la luz, tengo miedo de caer al fondo una vez más.
Despertar, nada que esperar; solo restos de sueños que olvidar. Ven aquí, que puedes decir si nunca me ves sonreir.