Donde empieza el pueblo, él puso campos de fútbol.
Hoy van de uniforme, así sí que están.
En el albero hay pocos trazos, apenas porterías,
poco más veían, mucho menos vieron.
Miro y miro al suelo, Padre Polvareda.
Hay tres pianos de madera tras los jaramagos.
Uno es muy pequeño, casi una caja blanca,
cuando se hace tarde debes volver a casa,
quise que adornara en la mesilla de noche
tal una dentadura, hay juegos de cuneta,
saltan teclas, silban nubes, caen cigüeñas sordas,
siete velos de tu boda sobre el ciprés de Navidad.
Toca el cura, pide copas, ascuas y sardinas.
Unos brazos, patadas al compás.
Hubo una rifa, cogí papeletas,
no me coges, no me coges.
¡Por Dios, está roto, salen clavos,
tiene orugas, ni siquiera hay que tocar,
tararea como el viento en la cabecera!
Pedí ayuda, vino por la ventana,
vino a hombros de mozos de mudanzas.
Tarareaban, saludaban, desfilaban,
¡Por Dios, está roto, salen clavos,
tiene orugas, y se quedan a cenar
de moreras y cipreses, vino en nuestro cáliz.
Nada, que todos ya se marchan, numerito a las espaldas,
las viejas no se asoman, los pajaritos cantan,
no me coges, no me coges, no me coges.
Di hola y no recibas en pijama al vecindario,
botas marcan el compás,
caen las sábanas, apareces, tararea el levante ...
Hoy van de uniforme, así sí que están.
En el albero hay pocos trazos, apenas porterías,
poco más veían, mucho menos vieron.
Miro y miro al suelo, Padre Polvareda.
Hay tres pianos de madera tras los jaramagos.
Uno es muy pequeño, casi una caja blanca,
cuando se hace tarde debes volver a casa,
quise que adornara en la mesilla de noche
tal una dentadura, hay juegos de cuneta,
saltan teclas, silban nubes, caen cigüeñas sordas,
siete velos de tu boda sobre el ciprés de Navidad.
Toca el cura, pide copas, ascuas y sardinas.
Unos brazos, patadas al compás.
Hubo una rifa, cogí papeletas,
no me coges, no me coges.
¡Por Dios, está roto, salen clavos,
tiene orugas, ni siquiera hay que tocar,
tararea como el viento en la cabecera!
Pedí ayuda, vino por la ventana,
vino a hombros de mozos de mudanzas.
Tarareaban, saludaban, desfilaban,
¡Por Dios, está roto, salen clavos,
tiene orugas, y se quedan a cenar
de moreras y cipreses, vino en nuestro cáliz.
Nada, que todos ya se marchan, numerito a las espaldas,
las viejas no se asoman, los pajaritos cantan,
no me coges, no me coges, no me coges.
Di hola y no recibas en pijama al vecindario,
botas marcan el compás,
caen las sábanas, apareces, tararea el levante ...