En una de las calles,
más lejanas del sueño,
la más confusa y apagada,
donde las sombras se erizan
y los miedos se palpan,
hay un rincón de café.
Sorbiendo a tragos el olvido,
trazando penas de papel
borrando nombres y apellidos
está un cadáver de mujer.
Bailando con fantasmas
vestidos de negro,
vendiendo el s**o a placer.
Fumando la absurda,
tonada de un necio,
rompiendo bocas de un revés.
Tejiendo muerta telarañas,
guardando lutos por hacer,
odiando el llanto de una virgen,
está un cadáver de mujer,
Con más de un siglo después. . .
más lejanas del sueño,
la más confusa y apagada,
donde las sombras se erizan
y los miedos se palpan,
hay un rincón de café.
Sorbiendo a tragos el olvido,
trazando penas de papel
borrando nombres y apellidos
está un cadáver de mujer.
Bailando con fantasmas
vestidos de negro,
vendiendo el s**o a placer.
Fumando la absurda,
tonada de un necio,
rompiendo bocas de un revés.
Tejiendo muerta telarañas,
guardando lutos por hacer,
odiando el llanto de una virgen,
está un cadáver de mujer,
Con más de un siglo después. . .