Tiene un dolor de barca abandonada,
en las arenas de una playa quieta
y una gaviota de niñez que baja
a refugiarse en su madera seca.
Violetta tiene un nombre de poema
garabateado en una servilleta
por esos parias en alcohol perdidos
tan solitarios tristes y poetas.
Violetta, Violetta, Violetta.
Violetta a veces llora esos amores
que tras la noche al alba izan las velas
siempre los mismos pasos de regreso
desde el adiós del muelle hasta su pieza.
Tiene una historia como en las canciones
que los borrachos cantamos en las mesas
de las tabernas con humo y acordeones
pasados de tabaco y de cerveza.
Violetta, Violetta, Violetta.
Tiene una foto al lado de la cama
donde la infancia duele amarillenta
y la sonrisa de ahora no es la misma
traviesa y cómplice de aquellas trenzas.
Violetta bebe su ron adulterado
manos furtivas recorren sus caderas
y entre procaces risas y caricias
vaga en sus ojos sin luz la borrachera
Violetta, Violetta, Violetta.
Puso sus manos tibias en mis manos
por una calle de un país cualquiera
mi corazón me dijo es como el tuyo
late soñando con otras riveras
y yo que vivo lléndome de todo
al fin me fui sin volver la cabeza
la vi bajar los ojos y en silencio
la oí contar los pasos a su pieza.
Violetta, Violetta, Violetta.
en las arenas de una playa quieta
y una gaviota de niñez que baja
a refugiarse en su madera seca.
Violetta tiene un nombre de poema
garabateado en una servilleta
por esos parias en alcohol perdidos
tan solitarios tristes y poetas.
Violetta, Violetta, Violetta.
Violetta a veces llora esos amores
que tras la noche al alba izan las velas
siempre los mismos pasos de regreso
desde el adiós del muelle hasta su pieza.
Tiene una historia como en las canciones
que los borrachos cantamos en las mesas
de las tabernas con humo y acordeones
pasados de tabaco y de cerveza.
Violetta, Violetta, Violetta.
Tiene una foto al lado de la cama
donde la infancia duele amarillenta
y la sonrisa de ahora no es la misma
traviesa y cómplice de aquellas trenzas.
Violetta bebe su ron adulterado
manos furtivas recorren sus caderas
y entre procaces risas y caricias
vaga en sus ojos sin luz la borrachera
Violetta, Violetta, Violetta.
Puso sus manos tibias en mis manos
por una calle de un país cualquiera
mi corazón me dijo es como el tuyo
late soñando con otras riveras
y yo que vivo lléndome de todo
al fin me fui sin volver la cabeza
la vi bajar los ojos y en silencio
la oí contar los pasos a su pieza.
Violetta, Violetta, Violetta.