.¡Mi aldea! ¡Cuánto el alma se recrea
al volverte a contemplar, mis lares!
Después de cruzar los mares,
otra vez vuelvo a mirar. ¡Ah!
Pensando en tí noche y día,
aldea de mis amores,
mi esperanza renacía,
se aliviaban mis dolores.
Pensando en tí, mar serena,
pensando en tí, bello cielo,
era más dulce mi pena
y menor mi desconsuelo.
Siempre en mi aldea pensaba,
siempre ambicioné volver,
y este momento soñaba
de otra vez mi aldea ver.
No importa que el mozo fuerte vuelva viejo,
si alegre el corazón salta en mi pecho.
No importa mi lucha por ganar el oro,
si al cabo hoy vuelvo rico y ponderoso.
No importa lo que tuve que penar;
lo que importa es que ya vuelvo
para no marchar jamás.
al volverte a contemplar, mis lares!
Después de cruzar los mares,
otra vez vuelvo a mirar. ¡Ah!
Pensando en tí noche y día,
aldea de mis amores,
mi esperanza renacía,
se aliviaban mis dolores.
Pensando en tí, mar serena,
pensando en tí, bello cielo,
era más dulce mi pena
y menor mi desconsuelo.
Siempre en mi aldea pensaba,
siempre ambicioné volver,
y este momento soñaba
de otra vez mi aldea ver.
No importa que el mozo fuerte vuelva viejo,
si alegre el corazón salta en mi pecho.
No importa mi lucha por ganar el oro,
si al cabo hoy vuelvo rico y ponderoso.
No importa lo que tuve que penar;
lo que importa es que ya vuelvo
para no marchar jamás.