Eché a andar por los caminos
para aprenderme la vida.
Llevaba el alma inocente
y el corazón sin herida.
Y así aprendí que en el mundo
la ambición es la que impera,
que hasta el amor se deslumbra
al fulgor de la moneda.
Y aprendí a ser caminante
tropezando en cada piedra.
Me lo ha enseñado la vida,
que todo tiene su precio.
Me lo ha enseñado la vida.
Yo he llegao a cerciorarme
que hay mil kilos de mentiras
por un gramo de verdades.
Hoy vuelvo por los caminos
con el andar fatigado.
Llevo más frío en el alma
y el corazón remendao.
Me gusta mirar al cielo
cuando brillan las estrellas,
y en la soledad del campo
sentirme dueño de ellas.
Soñar que existe otra vida
sin agravios ni tristezas.
Viviendo de fantasía
yo he aprendío a ser feliz,
viviendo de fantasía.
El mundo es tan embustero
que ha vendío la alegría
por un puñao de dinero.
para aprenderme la vida.
Llevaba el alma inocente
y el corazón sin herida.
Y así aprendí que en el mundo
la ambición es la que impera,
que hasta el amor se deslumbra
al fulgor de la moneda.
Y aprendí a ser caminante
tropezando en cada piedra.
Me lo ha enseñado la vida,
que todo tiene su precio.
Me lo ha enseñado la vida.
Yo he llegao a cerciorarme
que hay mil kilos de mentiras
por un gramo de verdades.
Hoy vuelvo por los caminos
con el andar fatigado.
Llevo más frío en el alma
y el corazón remendao.
Me gusta mirar al cielo
cuando brillan las estrellas,
y en la soledad del campo
sentirme dueño de ellas.
Soñar que existe otra vida
sin agravios ni tristezas.
Viviendo de fantasía
yo he aprendío a ser feliz,
viviendo de fantasía.
El mundo es tan embustero
que ha vendío la alegría
por un puñao de dinero.