Para que vuelva a latirme el mundo
debo construir otra vez
una torre Eiffel con palillos de dientes.
Tengo antídotos de muchos males,
menos de mí mismo.
Me obligo a aprender sin escatimar cicatrices.
Y después me queda darme media vuelta
con una despedida lógica y medida,
tan razonable que no debe doler.
Y después me queda guardarme las postillas
con una mueca herida, mancha de sonrisa,
tan escogida que no debe doler.
En mi casa nueva no habrá más escaleras,
me quedaré encerrado, grabando en la corteza
cada vuelta de la Tierra al Sol.
Y después me queda guardarme las postillas
con una mueca herida, mancha de sonrisa,
tan elegida que no debe doler.
debo construir otra vez
una torre Eiffel con palillos de dientes.
Tengo antídotos de muchos males,
menos de mí mismo.
Me obligo a aprender sin escatimar cicatrices.
Y después me queda darme media vuelta
con una despedida lógica y medida,
tan razonable que no debe doler.
Y después me queda guardarme las postillas
con una mueca herida, mancha de sonrisa,
tan escogida que no debe doler.
En mi casa nueva no habrá más escaleras,
me quedaré encerrado, grabando en la corteza
cada vuelta de la Tierra al Sol.
Y después me queda guardarme las postillas
con una mueca herida, mancha de sonrisa,
tan elegida que no debe doler.