Acercate a mi y oirás mi corazón
contento latir como un brujo reloj.
La noche es azul, convida a soñar,
ya el cielo ha encendido su faro mejor.
Si un beso te doy, pecado no ha de ser;
culpable es la noche que incita a querer.
Me tienta el amor, acércate ya,
que el credo de un sueño nos revivirá.
Corre, corre barcarola,
por mi río de ilusión.
Que en el canto de las olas
surgirá mi confesión.
Soy una estrella en el mar,
que hoy detiene su andar,
para hundirse en tus ojos.
Y en el embrujo de tus labios muy rojos,
por llegar a tu alma mi destino daré.
Soy una estrella en el mar,
que hoy se pierde al azar, sin amor ni fortuna.
Y en los abismos de esta noche de luna,
sólo quiero vivir, de rodilla a tus pies,
para amarte y morir.
Acércate a mi y oirás mi corazón
contento latir como un brujo reloj.
Mi voz te dirá palabras de miel,
que harán de tu pecho fuego encender.
El canto del mar repite en su rumor
qué noche de luna, qué noche de amor.
Dichoso de aquel que pueda decir,
yo tengo un cariño qué dulce es vivir.
Corre, corre barcarola, que la luna se escondió.
Soy una estrella en el mar,
que hoy se pierde al azar, sin amor ni fortuna.
Y en los abismos de esta noche de luna,
sólo quiero vivir, de rodilla a tus pies,
para amarte y morir.
contento latir como un brujo reloj.
La noche es azul, convida a soñar,
ya el cielo ha encendido su faro mejor.
Si un beso te doy, pecado no ha de ser;
culpable es la noche que incita a querer.
Me tienta el amor, acércate ya,
que el credo de un sueño nos revivirá.
Corre, corre barcarola,
por mi río de ilusión.
Que en el canto de las olas
surgirá mi confesión.
Soy una estrella en el mar,
que hoy detiene su andar,
para hundirse en tus ojos.
Y en el embrujo de tus labios muy rojos,
por llegar a tu alma mi destino daré.
Soy una estrella en el mar,
que hoy se pierde al azar, sin amor ni fortuna.
Y en los abismos de esta noche de luna,
sólo quiero vivir, de rodilla a tus pies,
para amarte y morir.
Acércate a mi y oirás mi corazón
contento latir como un brujo reloj.
Mi voz te dirá palabras de miel,
que harán de tu pecho fuego encender.
El canto del mar repite en su rumor
qué noche de luna, qué noche de amor.
Dichoso de aquel que pueda decir,
yo tengo un cariño qué dulce es vivir.
Corre, corre barcarola, que la luna se escondió.
Soy una estrella en el mar,
que hoy se pierde al azar, sin amor ni fortuna.
Y en los abismos de esta noche de luna,
sólo quiero vivir, de rodilla a tus pies,
para amarte y morir.