Me has llevado contigo por un trocito de mi vida no sin antes tirar la puerta y dejarte el gas encendido, el rosario de tu madre, tu maleta y mi sentido; te has llevado en una tarde, mira tú, niña fina y serena. Tú eres el amor de mi vida, tú eres la única mujer, tú eres el amor de mi vida, tú eres la única mujer. Cuando vuelva tu guitarra a romper la primavera, ten cuidado con la puerta, por favor no des portazos. Te busqué por las tabernas, por la calle, por la arena de aquella la playa de barro, mira tu niña fina y serena. Tú eres el amor de mi vida, tú eres la única mujer, tú eres el amor de mi vida, tu eres la única mujer.