Porque los pobres no tienen
adonde volver la vista,
la
vuelven hacia los cielos
con la esperanza infinita
de
encontrar lo que su hermano
en este mundo le quita.
¡palomita!
¡qué cosas tiene la vida,
ay
zambita!
Porque los pobres no tienen
adonde
volver la voz,
la vuelven hacia los cielos
buscando
una confesión
ya que su hermano no escucha
la voz de
su corazón.
Porque los pobres no tienen
en este
mundo esperanzas,
se amparan en la otra vida
como a
una justa balanza,
por eso las procesiones,
las velas,
las alabanzas.
De tiempos inmemoriales
que se ha inventado el infierno
para asustar a los pobres
con
sus castigos eternos,
y el pobre, que es inocente,
con
su inocencia creyendo.
El cielo tiene las riendas,
la tierra y el capital,
y a los soldados del Papa
les llena bien el morral,
y al que trabaja le meten
la gloria como un bozal.
Para seguir la mentira,
lo llama su confesor,
le dice que Dios no quiere
ninguna revolución,
ni pliegos ni sindicatos,
que
ofende su corazón.
adonde volver la vista,
la
vuelven hacia los cielos
con la esperanza infinita
de
encontrar lo que su hermano
en este mundo le quita.
¡palomita!
¡qué cosas tiene la vida,
ay
zambita!
Porque los pobres no tienen
adonde
volver la voz,
la vuelven hacia los cielos
buscando
una confesión
ya que su hermano no escucha
la voz de
su corazón.
Porque los pobres no tienen
en este
mundo esperanzas,
se amparan en la otra vida
como a
una justa balanza,
por eso las procesiones,
las velas,
las alabanzas.
De tiempos inmemoriales
que se ha inventado el infierno
para asustar a los pobres
con
sus castigos eternos,
y el pobre, que es inocente,
con
su inocencia creyendo.
El cielo tiene las riendas,
la tierra y el capital,
y a los soldados del Papa
les llena bien el morral,
y al que trabaja le meten
la gloria como un bozal.
Para seguir la mentira,
lo llama su confesor,
le dice que Dios no quiere
ninguna revolución,
ni pliegos ni sindicatos,
que
ofende su corazón.