No en mi nombre. (x3)
Ni cuantitativa ni cualitativamente,
no ha existido en la historia otro sistema igual a éste,
igual de desigual, igual de destructivo,
igual de fraticida, criminal y genocida.
Sin necesidad de cámaras de gas,
sin tener que usar ni purgas ni gulas,
el neoliberalismo hace lo mismo,
lo mismo, eso sí, hecho de un modo distinto.
Los pobres son los nuevos enemigos,
el nuevo pueblo elegido para el martirio,
la carne indolente, el defecto del milagro,
los protagonistas del más moderno exterminio.
Ni h***** ni Stalin mataron como hoy matan
los ahora mandamases de la economía-mundo,
sus víctimas se cuentan
por millones en todo el mundo.
No en mi nombre.
Parádlo ya. (x3)
Parad este holocausto,
este nuevo holocausto.
La solución final se vuelve a reactivar,
conjugando clasísmo y racísmo una vez más.
La solución final desprecia otra moral
que aquella que bendice y justifica el capital.
Paradlo ya. (x3)
Tanto objetiva como subjetivamente
el neoliberalismo es un modelo decandente,
lo es en esencia y en apariencia,
lleno de contrastes y de contradicciones.
Un infierno en la tierra en cuya entrada pone
"el que entre aquí que abandone toda esperanza",
la esperanza es sólo propiedad de aquellos
que también son propietarios del dinero.
Todo, todo está relacionado,
el desarrollo es gracias al subdesarrollo,
la organización mundial del comercio,
el Banco Mundial y el Fondo Monetario.
Conforman el nuevo triángulo de las Bermudas,
que engulle países por la deuda externa.
Creando bolsas de pobreza
que inundan de esclavos el nuevo "El Dorado".
No en mi nombre.
Parádlo ya. (x3)
Parad este holocausto,
este nuevo holocausto.
La solución final
se impone como la
mejor de las recetas,
como la única verdad.
La solución final
pretende eliminar
lo que llama el sobrante,
su cupo de indeseables.
No uséis mi nombre. (x3)
No me lo manchéis de sangre.
No uséis mi nombre, no me lo manchéis de sangre.
No uséis mi nombre y no me hagáis responsable
de vuestro crímen, de vuestro execrable crímen.
No uséis mi nombre, no.
Parádlo ya.
Parad este holocausto,
este nuevo holocausto.
No uséis mi nombre.
No me lo manchéis de sangre.(x2)
Ni cuantitativa ni cualitativamente,
no ha existido en la historia otro sistema igual a éste,
igual de desigual, igual de destructivo,
igual de fraticida, criminal y genocida.
Sin necesidad de cámaras de gas,
sin tener que usar ni purgas ni gulas,
el neoliberalismo hace lo mismo,
lo mismo, eso sí, hecho de un modo distinto.
Los pobres son los nuevos enemigos,
el nuevo pueblo elegido para el martirio,
la carne indolente, el defecto del milagro,
los protagonistas del más moderno exterminio.
Ni h***** ni Stalin mataron como hoy matan
los ahora mandamases de la economía-mundo,
sus víctimas se cuentan
por millones en todo el mundo.
No en mi nombre.
Parádlo ya. (x3)
Parad este holocausto,
este nuevo holocausto.
La solución final se vuelve a reactivar,
conjugando clasísmo y racísmo una vez más.
La solución final desprecia otra moral
que aquella que bendice y justifica el capital.
Paradlo ya. (x3)
Tanto objetiva como subjetivamente
el neoliberalismo es un modelo decandente,
lo es en esencia y en apariencia,
lleno de contrastes y de contradicciones.
Un infierno en la tierra en cuya entrada pone
"el que entre aquí que abandone toda esperanza",
la esperanza es sólo propiedad de aquellos
que también son propietarios del dinero.
Todo, todo está relacionado,
el desarrollo es gracias al subdesarrollo,
la organización mundial del comercio,
el Banco Mundial y el Fondo Monetario.
Conforman el nuevo triángulo de las Bermudas,
que engulle países por la deuda externa.
Creando bolsas de pobreza
que inundan de esclavos el nuevo "El Dorado".
No en mi nombre.
Parádlo ya. (x3)
Parad este holocausto,
este nuevo holocausto.
La solución final
se impone como la
mejor de las recetas,
como la única verdad.
La solución final
pretende eliminar
lo que llama el sobrante,
su cupo de indeseables.
No uséis mi nombre. (x3)
No me lo manchéis de sangre.
No uséis mi nombre, no me lo manchéis de sangre.
No uséis mi nombre y no me hagáis responsable
de vuestro crímen, de vuestro execrable crímen.
No uséis mi nombre, no.
Parádlo ya.
Parad este holocausto,
este nuevo holocausto.
No uséis mi nombre.
No me lo manchéis de sangre.(x2)