Rogué a la virgen que sobre ti
no hubiera estrella ni paz.
Miles de noches yo te lloré
bajo las velas me apagué.
Una visión me iluminó,
San Antonio ardió.
Sobre la arena, tu corazón,
como un pez al sol.
Y no lloré, algo cambió,
y una niña cantó:
"Nunca tendrás mi perdón,
nunca tendrás mi perdón,
nunca tendrás mi perdón,
nunca tendrás mi perdón".
no hubiera estrella ni paz.
Miles de noches yo te lloré
bajo las velas me apagué.
Una visión me iluminó,
San Antonio ardió.
Sobre la arena, tu corazón,
como un pez al sol.
Y no lloré, algo cambió,
y una niña cantó:
"Nunca tendrás mi perdón,
nunca tendrás mi perdón,
nunca tendrás mi perdón,
nunca tendrás mi perdón".