Tango
1932
Música: Guillermo Barbieri
Letra: Enrique Cadícamo
¡Lo mataron al pobre Conteras!
¡Recién se casaba! ¡Si es para no creer!
Juan Luz Mala, saltó la tranquera
y vino a llevarle a su propia mujer...
Fue en el patio e' la estancia "La Hazaña",
la fiesta 'e los novios era un esplendor;
mas de p***to dos dagas hicieron,
de aquella alegría un cuadro de horror.
(recitado)
Herido de muerte
y en sangre bañao,
habló de este modo,
el recién casao:
No es nada, mi gaucha;
no te asustes, mi alma...
A los dos peleando,
se nos fue el facón...
Siento que me llega,
un vientito helado,
aquí, de este lado,
sobre el corazón...
Llevame unas flores...
Andá a visitarme...
La tierra es muy fría
pa' estar olvidao...
¡Adiosita, gaucha,
te estaré esperando!
¡Me voy apagando,
de puro finao!
Al principio fue todo promesas...
La viuda lloraba, sin duda demás;
Pero al fin se le fue la tristeza
y a su pobre gaucho no lo fue a ver más.
¡Con razón que en las noches 'e tormenta
se escucha patente, la voz del finao,
que la llama diciendo: ¡Lucinda,
estoy muy solito, llegate a mi lao!
1932
Música: Guillermo Barbieri
Letra: Enrique Cadícamo
¡Lo mataron al pobre Conteras!
¡Recién se casaba! ¡Si es para no creer!
Juan Luz Mala, saltó la tranquera
y vino a llevarle a su propia mujer...
Fue en el patio e' la estancia "La Hazaña",
la fiesta 'e los novios era un esplendor;
mas de p***to dos dagas hicieron,
de aquella alegría un cuadro de horror.
(recitado)
Herido de muerte
y en sangre bañao,
habló de este modo,
el recién casao:
No es nada, mi gaucha;
no te asustes, mi alma...
A los dos peleando,
se nos fue el facón...
Siento que me llega,
un vientito helado,
aquí, de este lado,
sobre el corazón...
Llevame unas flores...
Andá a visitarme...
La tierra es muy fría
pa' estar olvidao...
¡Adiosita, gaucha,
te estaré esperando!
¡Me voy apagando,
de puro finao!
Al principio fue todo promesas...
La viuda lloraba, sin duda demás;
Pero al fin se le fue la tristeza
y a su pobre gaucho no lo fue a ver más.
¡Con razón que en las noches 'e tormenta
se escucha patente, la voz del finao,
que la llama diciendo: ¡Lucinda,
estoy muy solito, llegate a mi lao!