Tango
1927
Música (ir a la partitura): Enrique Maciel
Letra: Celedonio Flores
Te criaste entre malevos,
malandrines y matones,
entre gente de avería
desarrollaste tu acción;
por tu estampa, en el suburbio
florecieron los balcones,
y lograste la conquista
de sensibles corazones
con tu prestigio sentado
de buen mozo y de varón.
Mezcla rara de magnate
nacido en el sabalaje,
vos sos la calle Florida
que se vino al arrabal.
¡Compadrito de mi esquina,
que sólo cambió de traje!
pienso, siempre que te veo
tirándote a personaje,
que sos mixto jaulero
con berretín de zorzal.
Malandrín de la carpeta,
te timbeaste de un biabazo
el caudal con que tu vieja
pudo vivir todo un mes,
impasible ante las fichas,
en las noches de escolaso
o en el circo de Palermo,
cuando a taco y a lonjazo
te perdés por un pescuezo
la moneda que tenés.
Y es por eso que asentaste
tu cartel de indiferente,
insensible a los halagos
de la vida y al sufrir;
se murió tu pobre madre,
y en el mármol de tu frente
ni una sombra, ni una arruga
que deschavara, elocuente,
que tu vieja no fue un perro,
y que vos sabés sentir...
Pero al fin todo se acaba
en esta vida rastrera
y se arruga el más derecho
si lo tiran a doblar;
vos, que sos más estirado
que tejido de fiambrera,
Dios no quiera que te cache
la mala vida fulera,
que si no, como un alambre,
te voy a ver arrollar.
1927
Música (ir a la partitura): Enrique Maciel
Letra: Celedonio Flores
Te criaste entre malevos,
malandrines y matones,
entre gente de avería
desarrollaste tu acción;
por tu estampa, en el suburbio
florecieron los balcones,
y lograste la conquista
de sensibles corazones
con tu prestigio sentado
de buen mozo y de varón.
Mezcla rara de magnate
nacido en el sabalaje,
vos sos la calle Florida
que se vino al arrabal.
¡Compadrito de mi esquina,
que sólo cambió de traje!
pienso, siempre que te veo
tirándote a personaje,
que sos mixto jaulero
con berretín de zorzal.
Malandrín de la carpeta,
te timbeaste de un biabazo
el caudal con que tu vieja
pudo vivir todo un mes,
impasible ante las fichas,
en las noches de escolaso
o en el circo de Palermo,
cuando a taco y a lonjazo
te perdés por un pescuezo
la moneda que tenés.
Y es por eso que asentaste
tu cartel de indiferente,
insensible a los halagos
de la vida y al sufrir;
se murió tu pobre madre,
y en el mármol de tu frente
ni una sombra, ni una arruga
que deschavara, elocuente,
que tu vieja no fue un perro,
y que vos sabés sentir...
Pero al fin todo se acaba
en esta vida rastrera
y se arruga el más derecho
si lo tiran a doblar;
vos, que sos más estirado
que tejido de fiambrera,
Dios no quiera que te cache
la mala vida fulera,
que si no, como un alambre,
te voy a ver arrollar.