Me han contado y perdonáme que te increpe de este modo
que la vas de partenaire en no sé qué bataclán,
que has rodao como potranca que lo pechan en el codo,
engrupida bien debute por la charla de un bacán.
Yo no manyo francamente lo es una partenaire
aunque batan que soy bruto y atrasado... ¡Que querés!
No debe ser nada bueno si hay que andar con todo al aire
y en vez de batirlo en criollo te lo baten en francés.
Me han contado -y este fato, -que querés!, me desconsuela,
pues viene de los muchachos que te han visto trabajar-
que salís con otras minas a llenar la pasarela
y a cantar, si lo que hacen se puede llamar cantar.
Vos, que no tenés oído ni para el Arroz con Leche...
¡Te mandabas La Morocha como número 'e atracción!
¡Quien te viera tan escasa de vergüenza y de peleche
emprenderla a los berridos cuando suena un charlestón!...
Te cambiaron, pobre mina... Si tu vieja, la finada,
levantara la cabeza desde el fondo del cajón
y te viera en esa huella tan audaz y descocada
se moría nuevamente de dolor e indignación.
Vos, aquella muchachita a quien ella, santamente
educó tan calladita, tan humilde y tan formal...
Te cambiaron, pobre mina... Te engrupieron tontamente,
bullanguera mascarita de un mistongo carnaval...
que la vas de partenaire en no sé qué bataclán,
que has rodao como potranca que lo pechan en el codo,
engrupida bien debute por la charla de un bacán.
Yo no manyo francamente lo es una partenaire
aunque batan que soy bruto y atrasado... ¡Que querés!
No debe ser nada bueno si hay que andar con todo al aire
y en vez de batirlo en criollo te lo baten en francés.
Me han contado -y este fato, -que querés!, me desconsuela,
pues viene de los muchachos que te han visto trabajar-
que salís con otras minas a llenar la pasarela
y a cantar, si lo que hacen se puede llamar cantar.
Vos, que no tenés oído ni para el Arroz con Leche...
¡Te mandabas La Morocha como número 'e atracción!
¡Quien te viera tan escasa de vergüenza y de peleche
emprenderla a los berridos cuando suena un charlestón!...
Te cambiaron, pobre mina... Si tu vieja, la finada,
levantara la cabeza desde el fondo del cajón
y te viera en esa huella tan audaz y descocada
se moría nuevamente de dolor e indignación.
Vos, aquella muchachita a quien ella, santamente
educó tan calladita, tan humilde y tan formal...
Te cambiaron, pobre mina... Te engrupieron tontamente,
bullanguera mascarita de un mistongo carnaval...