Era bien entrada la noche,
la luna no tenía dinero
para coger un taxi
ni yo tampoco.
Caminaba dejando una estela de c**ebras,
los caracoles se reían de mí
y las farolas hacían reverencias
o bien estaban hartas de estar de pie.
La cidad se encogía de frío
y el aire era rosa,
como sin piel,
como sin piel.
Y el aire era rosa
como sin piel.
El aire era rosa
como sin piel.
Vi a una pareja devorándose en un rincón,
desaparecieron en un segundo
dejando allí tiradas sus sombras borrachas.
Estaban acariciando mi cabeza ritmos equivocados,
cuando al desdoblar una esquina aparecieron
dos basureros vestidos de carnaval,
su camión rugía hambriento detrás de ellos.
Un vagabundo dormía a voces a dos metros de mis pies,
los basureros lo agarraron de la cabeza y las piernas,
lo llevaron silbando hacia el camión
y allí dentro lo arrojaron, y allí dentro lo arrojaron.
Ni un solo grito en la noche, ni un solo grito en la noche,
oí crujir sus huesos o quizá fueron las patas
de un mueble abandonado, de un mueble abandonado.
El camión dejó unas monedas por huellas
y un taxista me abrió su puerta, y un taxista me abrió su puerta.
Yo entré y apoyé un codo en el infierno
y alguien me escupió lava en un ojo.
La ciudad se encogía de frío
y el aire era rosa
porque no tenía piel,
porque no tenía piel.
Y el aire era rosa
porque no tenía piel,
El aire era rosa
porque no tenía piel.
La perdió hablando de algo
a alguien en algún sitio.
Y el aire era rosa
porque no tenía piel.
El aire era rosa
porque no tenía piel.
la luna no tenía dinero
para coger un taxi
ni yo tampoco.
Caminaba dejando una estela de c**ebras,
los caracoles se reían de mí
y las farolas hacían reverencias
o bien estaban hartas de estar de pie.
La cidad se encogía de frío
y el aire era rosa,
como sin piel,
como sin piel.
Y el aire era rosa
como sin piel.
El aire era rosa
como sin piel.
Vi a una pareja devorándose en un rincón,
desaparecieron en un segundo
dejando allí tiradas sus sombras borrachas.
Estaban acariciando mi cabeza ritmos equivocados,
cuando al desdoblar una esquina aparecieron
dos basureros vestidos de carnaval,
su camión rugía hambriento detrás de ellos.
Un vagabundo dormía a voces a dos metros de mis pies,
los basureros lo agarraron de la cabeza y las piernas,
lo llevaron silbando hacia el camión
y allí dentro lo arrojaron, y allí dentro lo arrojaron.
Ni un solo grito en la noche, ni un solo grito en la noche,
oí crujir sus huesos o quizá fueron las patas
de un mueble abandonado, de un mueble abandonado.
El camión dejó unas monedas por huellas
y un taxista me abrió su puerta, y un taxista me abrió su puerta.
Yo entré y apoyé un codo en el infierno
y alguien me escupió lava en un ojo.
La ciudad se encogía de frío
y el aire era rosa
porque no tenía piel,
porque no tenía piel.
Y el aire era rosa
porque no tenía piel,
El aire era rosa
porque no tenía piel.
La perdió hablando de algo
a alguien en algún sitio.
Y el aire era rosa
porque no tenía piel.
El aire era rosa
porque no tenía piel.