No es que esté arrepentido
de haberte querido tanto;
lo que me apena es tu olvido
y tu traición, me sume en amargo llanto.
¡Si vieras! Estoy tan triste
que canto por no llorar...
Si para tu bien te fuiste
para tu bien, te tengo que perdonar.
Aquella tarde que te vi
tu estampa me gustó,
pebeta de arrabal,
y sin saber por qué yo te seguí
y el corazón te di
y fue tan sólo por mi mal.
Si fue sincero mi querer
que nunca imaginé
la hiel de tu traición...
¡Qué solo y triste piba me quedé,
sin amor y sin fe
y derrotado el corazón!
Después de libar, traidora
en el rosal de mi amor
te marchas, engañadora,
para buscar el encanto de otra flor...
Y buscando la más pura,
la de más lindo color,
la ciegas con tu hermosura
para después, engañarla con tu amor.
Ten cuidado, mariposa,
de los mentidos amores...
No te cieguen los fulgores
de alguna falsa pasión
perque entonces pagarás
toda tu traición, toda tu maldad.
No es que esté arrepentido
de haberte querido tanto;
lo que me apena es tu olvido
y tu traición, me sume en amargo llanto.
¡Si vieras! Estoy tan triste
que canto por no llorar...
Si para tu bien te fuiste
para tu bien, te tengo que perdonar.
de haberte querido tanto;
lo que me apena es tu olvido
y tu traición, me sume en amargo llanto.
¡Si vieras! Estoy tan triste
que canto por no llorar...
Si para tu bien te fuiste
para tu bien, te tengo que perdonar.
Aquella tarde que te vi
tu estampa me gustó,
pebeta de arrabal,
y sin saber por qué yo te seguí
y el corazón te di
y fue tan sólo por mi mal.
Si fue sincero mi querer
que nunca imaginé
la hiel de tu traición...
¡Qué solo y triste piba me quedé,
sin amor y sin fe
y derrotado el corazón!
Después de libar, traidora
en el rosal de mi amor
te marchas, engañadora,
para buscar el encanto de otra flor...
Y buscando la más pura,
la de más lindo color,
la ciegas con tu hermosura
para después, engañarla con tu amor.
Ten cuidado, mariposa,
de los mentidos amores...
No te cieguen los fulgores
de alguna falsa pasión
perque entonces pagarás
toda tu traición, toda tu maldad.
No es que esté arrepentido
de haberte querido tanto;
lo que me apena es tu olvido
y tu traición, me sume en amargo llanto.
¡Si vieras! Estoy tan triste
que canto por no llorar...
Si para tu bien te fuiste
para tu bien, te tengo que perdonar.