El día que comparezca
ante el tribunal de Dios
a dar cuenta de mi vida
que me complicaste vos....
El día que francamente
tenga yo que declarar
la verdad pura y palpable
que a Dios no puede escapar.
Y le diga que he faltado
a su ley de mala fe
al hacer de vos mi c**to
¡al amarte más que a él!
Que robé por tu cariño
que maté ciego de amor,
pueda ser que Dios piadoso
quiera darme su perdón.
Desdeñe mi vida entera
en la hoguera de tu amor
esperando lo que fuera...
sin decirte ni siquiera
que es mi pena y mi dolor.
Sin embargo, ante el eterno
será el mismo mi desden
y en mi amor profundo y tierno
por seguirte hasta el infierno
yo despreciaré el edén.
Pero el día de tu juicio
yo no sé qué le dirás,
cuando sepan que has pecado
por capricho y vanidad.
Cuando sientas la mirada
penetrante del señor
que te llegará hasta el alma
como un rayo escrutador.
Y te acuse tu conciencia
al mirar aquel puñal
que vos misma, tan cobarde,
le entregaste a mi rival.
Que, no contenta con eso,
me mandaste a la prisión...
por más que vos te arrepientas
no podrás tener perdón.
Desdeñe mi vida entera
en la hoguera de tu amor
esperando lo que fuera...
sin decirte ni siquiera
que es mi pena y mi dolor.
Sin embargo, ante el eterno
será el mismo mi desden
y en mi amor profundo y tierno
por seguirte hasta el infierno
yo despreciaré el edén.
ante el tribunal de Dios
a dar cuenta de mi vida
que me complicaste vos....
El día que francamente
tenga yo que declarar
la verdad pura y palpable
que a Dios no puede escapar.
Y le diga que he faltado
a su ley de mala fe
al hacer de vos mi c**to
¡al amarte más que a él!
Que robé por tu cariño
que maté ciego de amor,
pueda ser que Dios piadoso
quiera darme su perdón.
Desdeñe mi vida entera
en la hoguera de tu amor
esperando lo que fuera...
sin decirte ni siquiera
que es mi pena y mi dolor.
Sin embargo, ante el eterno
será el mismo mi desden
y en mi amor profundo y tierno
por seguirte hasta el infierno
yo despreciaré el edén.
Pero el día de tu juicio
yo no sé qué le dirás,
cuando sepan que has pecado
por capricho y vanidad.
Cuando sientas la mirada
penetrante del señor
que te llegará hasta el alma
como un rayo escrutador.
Y te acuse tu conciencia
al mirar aquel puñal
que vos misma, tan cobarde,
le entregaste a mi rival.
Que, no contenta con eso,
me mandaste a la prisión...
por más que vos te arrepientas
no podrás tener perdón.
Desdeñe mi vida entera
en la hoguera de tu amor
esperando lo que fuera...
sin decirte ni siquiera
que es mi pena y mi dolor.
Sin embargo, ante el eterno
será el mismo mi desden
y en mi amor profundo y tierno
por seguirte hasta el infierno
yo despreciaré el edén.