Puede ser todo una mentira
bien adornada,
letra para una canción
qué más da si fue pasado o no.
Sólo me encuentro en mis papeles
locos que piensan,
salen de un circo inmortal
y me enseñan lo que ignoro de ti .
No cambiaría jamás
este universo informal
donde crecen las semillas de lo absurdo y lo genial,
donde el hierro se retuerce y se convierte en lo esencial.
Tengo un reloj de treinta horas
se pone en marcha al escribir,
cuando se va la noción
y me acerco lentamente a ti.
Como un torrente poderoso,
mezclado el barro con el cristal,
emergen hasta el papel
y cobran forma, la locura y la paz.
No cambiaría jamás
este universo informal
donde crecen las semillas de lo absurdo y lo genial,
donde el hierro se retuerce y se convierte en lo esencial.
Mundo que fue, por no dejar de ser será,
mi habitación de hotel con ventanas al mar.
Oigo tu voz pedir lo que nunca existirá
a fuerza de recordar lo que no llego a pasar.
He aprendido a ser una pieza más
un eslabón en la oscuridad.
Hay una forma de parar el tiempo
desordenando la evolución
y en la prehistoria encontrar
esos ojos que no puedo olvidar.
No me da miedo lo que tú me digas,
ni esas historias del más allá,
sólo me asusta escuchar
los relojes en la oscuridad.
No cambiaría jamás
este universo informal.
bien adornada,
letra para una canción
qué más da si fue pasado o no.
Sólo me encuentro en mis papeles
locos que piensan,
salen de un circo inmortal
y me enseñan lo que ignoro de ti .
No cambiaría jamás
este universo informal
donde crecen las semillas de lo absurdo y lo genial,
donde el hierro se retuerce y se convierte en lo esencial.
Tengo un reloj de treinta horas
se pone en marcha al escribir,
cuando se va la noción
y me acerco lentamente a ti.
Como un torrente poderoso,
mezclado el barro con el cristal,
emergen hasta el papel
y cobran forma, la locura y la paz.
No cambiaría jamás
este universo informal
donde crecen las semillas de lo absurdo y lo genial,
donde el hierro se retuerce y se convierte en lo esencial.
Mundo que fue, por no dejar de ser será,
mi habitación de hotel con ventanas al mar.
Oigo tu voz pedir lo que nunca existirá
a fuerza de recordar lo que no llego a pasar.
He aprendido a ser una pieza más
un eslabón en la oscuridad.
Hay una forma de parar el tiempo
desordenando la evolución
y en la prehistoria encontrar
esos ojos que no puedo olvidar.
No me da miedo lo que tú me digas,
ni esas historias del más allá,
sólo me asusta escuchar
los relojes en la oscuridad.
No cambiaría jamás
este universo informal.