Yo he visto caer a un hombre
en el morral de la infamia,
vi también cómo se salva
a fuerza de golpe y golpe.
He visto morir amores
cuando mejor florecían,
por poca filosofía
o muchos, muchos temores.
He visto caer a un hombre
herido por la bebida,
vi también cómo crecía
sin porvenir y sin nombre.
He visto como se esconde
el amigo a criticar
lo que debiera adorar
con la faz y sin traiciones.
¡Ay! la mala gente,
¡ay! la gente mala
mira que me empeño
en quererles, y nada.
¡Ay! la mala gente,
¡ay! la gente mala
mira que me empeño
en comprenderles, y nada.
Yo he visto como la envidia
hecha un taladro, penetra
y baila al son de una fiesta
con el odio en compañía.
A quien empuja su vida
con la mejor buena fe
y la rinde ante la red
de la podrida semilla.
Al que ha querido ser hombre
y no ha llegado a su altura,
al que ha quedado en la duda,
al que no hay bien que perdone.
Quien cree que tiene su nombre
un digno sitio en la historia,
pero no llega su gloria
ni pa' adornarla con flores.
Yo he visto como, en la sombra,
el odio cuida a su cría
y lanza una cacería
pa' destruir lo que estorbe.
Es que el odio tiene dotes
que no he podido entender,
pues tiene más brío quien tiene
fuertes frustraciones.
Yo he sentido en tantas noches
la burla, la hipocresía
y unos ojos que aun me miran
queriendo arrancarme el broche.
El broche que da la vida
a quien le paga con bien
y que no merece
quien le cuesta caro a la vida!
en el morral de la infamia,
vi también cómo se salva
a fuerza de golpe y golpe.
He visto morir amores
cuando mejor florecían,
por poca filosofía
o muchos, muchos temores.
He visto caer a un hombre
herido por la bebida,
vi también cómo crecía
sin porvenir y sin nombre.
He visto como se esconde
el amigo a criticar
lo que debiera adorar
con la faz y sin traiciones.
¡Ay! la mala gente,
¡ay! la gente mala
mira que me empeño
en quererles, y nada.
¡Ay! la mala gente,
¡ay! la gente mala
mira que me empeño
en comprenderles, y nada.
Yo he visto como la envidia
hecha un taladro, penetra
y baila al son de una fiesta
con el odio en compañía.
A quien empuja su vida
con la mejor buena fe
y la rinde ante la red
de la podrida semilla.
Al que ha querido ser hombre
y no ha llegado a su altura,
al que ha quedado en la duda,
al que no hay bien que perdone.
Quien cree que tiene su nombre
un digno sitio en la historia,
pero no llega su gloria
ni pa' adornarla con flores.
Yo he visto como, en la sombra,
el odio cuida a su cría
y lanza una cacería
pa' destruir lo que estorbe.
Es que el odio tiene dotes
que no he podido entender,
pues tiene más brío quien tiene
fuertes frustraciones.
Yo he sentido en tantas noches
la burla, la hipocresía
y unos ojos que aun me miran
queriendo arrancarme el broche.
El broche que da la vida
a quien le paga con bien
y que no merece
quien le cuesta caro a la vida!