Yo que aprendí que la historia
es un sol congelado
y enterrado en la arena.
Yo que crucé las fronteras
de la vida y la muerte
aterrado y en cadenas.
Tuve una mordaza negra sobre mis poemas,
mira el fondo de mis ojos y verás planetas.
No me vengas ahora con el ángel oscuro
de tu amarga cerveza a llorar.
No necesitas llorar.
Yo que viajé estremecido aterido de frío
en camiones fantasmales.
Yo que vi las ubres del cielo
derramar su nostalgia
en mil barrio a marginales.
Tuve que exiliar mis ojos en un cielo ajeno
como si no fuera parte de este mismo infierno.
No me vengas ahora con el ángel oscuro
de tu amarga cerveza a llorar.
No necesitas llorar.
Yo que ignoré los presagios
que escupí en los cañones
de los héroes de la guerra.
Yo que por fin soy un hombre
desdichado y sincero como el sueño
de esta tierra,
digo que no tengas miedo de tantos traidores.
Mi generación parió tus mismas ilusiones.
No me vengas ahora con el ángel oscuro
de tu amarga cerveza a llorar.
No necesitas llorar.
Yo=Nosotros, la generación de proscriptos, desaparecidos, exiliados, de artistas censurados, de hombres y mujeres que lucharon como pudieron contra las vicisitudes de los setenta y parte de los ochenta, frente a la debilidad de quienes a pesar de su juventud, prefieren el refugio del alcohol y las drogas. Antes de enfrentar al sistema que los deprime y encarcela dulcemente.
Quizás no hemos sido capaces de transmitirles nuestra experiencia en un diálogo adecuado. Hago votos para una saludable autocrítica y una inteligente reacción.
es un sol congelado
y enterrado en la arena.
Yo que crucé las fronteras
de la vida y la muerte
aterrado y en cadenas.
Tuve una mordaza negra sobre mis poemas,
mira el fondo de mis ojos y verás planetas.
No me vengas ahora con el ángel oscuro
de tu amarga cerveza a llorar.
No necesitas llorar.
Yo que viajé estremecido aterido de frío
en camiones fantasmales.
Yo que vi las ubres del cielo
derramar su nostalgia
en mil barrio a marginales.
Tuve que exiliar mis ojos en un cielo ajeno
como si no fuera parte de este mismo infierno.
No me vengas ahora con el ángel oscuro
de tu amarga cerveza a llorar.
No necesitas llorar.
Yo que ignoré los presagios
que escupí en los cañones
de los héroes de la guerra.
Yo que por fin soy un hombre
desdichado y sincero como el sueño
de esta tierra,
digo que no tengas miedo de tantos traidores.
Mi generación parió tus mismas ilusiones.
No me vengas ahora con el ángel oscuro
de tu amarga cerveza a llorar.
No necesitas llorar.
Yo=Nosotros, la generación de proscriptos, desaparecidos, exiliados, de artistas censurados, de hombres y mujeres que lucharon como pudieron contra las vicisitudes de los setenta y parte de los ochenta, frente a la debilidad de quienes a pesar de su juventud, prefieren el refugio del alcohol y las drogas. Antes de enfrentar al sistema que los deprime y encarcela dulcemente.
Quizás no hemos sido capaces de transmitirles nuestra experiencia en un diálogo adecuado. Hago votos para una saludable autocrítica y una inteligente reacción.