Las noches se van con el vértigo
que siente la gente mayor.
Elijo mi peor camisa.
Enfermo si veo a mi doctor.
No duda un instante que eso no es vértigo,
que es sólo miedo a caerme.
Me pueden los ladrillos rojos,
los críos llorando por un pastel,
el último grito del barrio,
el rojo pasión de la revista Elle.
La vi en la farmacia con la bata blanca
y respiré hondo por una vez.
Recetas inmediatamente.
Silencio, me tengo que ir.
Aparto la vista hacia un biberón.
La vuelta, me tengo que ir.
Intermitente, mi corazón tiembla
a la vez que esa extraña cruz verde.
que siente la gente mayor.
Elijo mi peor camisa.
Enfermo si veo a mi doctor.
No duda un instante que eso no es vértigo,
que es sólo miedo a caerme.
Me pueden los ladrillos rojos,
los críos llorando por un pastel,
el último grito del barrio,
el rojo pasión de la revista Elle.
La vi en la farmacia con la bata blanca
y respiré hondo por una vez.
Recetas inmediatamente.
Silencio, me tengo que ir.
Aparto la vista hacia un biberón.
La vuelta, me tengo que ir.
Intermitente, mi corazón tiembla
a la vez que esa extraña cruz verde.