Lleva tiempo, lleva en los bolsillos
una recompensa para quien apriete el gatillo.
Saluda cabizbajo, sombrero de ala ancha,
teniente retirado allá en sus tierras,
toda la mancha salpica de aceite el traje.
Hay yonquis que aparcan coches de caballo.
Revuelven las pocas tripas
al grito salvaje, "chipirones plancha".
Quiere teñir los charcos con las gitanillas,
con claveles, forman las chiquillas.
Quiere teñir los charcos con las gitanillas,
con claveles, forman las chiquillas.
Como una bala la calesa en un atajo del circuito.
El alumbrado deja seca a su señora, a buenas horas.
Don Mangas Verdes parece del T.B.O.,
la pipa de juguete que su empresa dio por trofeo,
la chaqueta que estrenan vendedores de libros,
catavinos colgando, a Dios rogando, siempre lo mismo.
Deja un reguero de pólvora,
una conversación, un gran cuento chino.
No convence a la estanquera,
que, sin chiringuito, prende la cartera y fuma.
Que estas cosas ponen muy nervioso,
y lo estudia, un rosco, las espuelas.
Gorra la que lleva el tío de las correas,
tanto bache y él ni se menea.
Como una bala la calesa en un atajo del circuito.
El alumbrado deja seca a su señora, me importa un pito.
Como una bala la calesa en un atajo del circuito.
El alumbrado deja seca a su señora, me importa un pito.
una recompensa para quien apriete el gatillo.
Saluda cabizbajo, sombrero de ala ancha,
teniente retirado allá en sus tierras,
toda la mancha salpica de aceite el traje.
Hay yonquis que aparcan coches de caballo.
Revuelven las pocas tripas
al grito salvaje, "chipirones plancha".
Quiere teñir los charcos con las gitanillas,
con claveles, forman las chiquillas.
Quiere teñir los charcos con las gitanillas,
con claveles, forman las chiquillas.
Como una bala la calesa en un atajo del circuito.
El alumbrado deja seca a su señora, a buenas horas.
Don Mangas Verdes parece del T.B.O.,
la pipa de juguete que su empresa dio por trofeo,
la chaqueta que estrenan vendedores de libros,
catavinos colgando, a Dios rogando, siempre lo mismo.
Deja un reguero de pólvora,
una conversación, un gran cuento chino.
No convence a la estanquera,
que, sin chiringuito, prende la cartera y fuma.
Que estas cosas ponen muy nervioso,
y lo estudia, un rosco, las espuelas.
Gorra la que lleva el tío de las correas,
tanto bache y él ni se menea.
Como una bala la calesa en un atajo del circuito.
El alumbrado deja seca a su señora, me importa un pito.
Como una bala la calesa en un atajo del circuito.
El alumbrado deja seca a su señora, me importa un pito.