El Señor me lo dio y me lo quitó; no sé yo si el negocio me prestó.
Como me llamo Job que a mi no me vuelven a timar.
Esta mejilla se mira y no se toca y no pienses siquiera en la otra,
pero puedo arreglarte las tuyas, ¡faltaría más!
Paz, amor y comprensión
y buen rollo y comunicación
y hostias para algún cabrón.
Paz, amor y comprensión.
Aquí vienen los payasos sin fronteras para alegrar a los niños en las guerras
pisando minas para su solaz y diversión.
Unas flores para la primera dama; muy bonitas, pero no sirven de nada
si no llevan dentro un poco de fuego artificial.
Odia al prójimo como a tí mismo odia al tonto, odia al listo;
al bueno, al feo, al malo y al regular.
Los enemigos de mi enemigos son también mis enemigos;
ante todo, educación y urbanidad
Si les asalta el vicio de pedir, a mí me queda la virtud de no dar
y si quieren dejarme algo prueben a dejarme en paz.
No estropeen una bella enemistad: no tendran una segunda oportunidad;
porque díganme en el alma ¿de quién se han creido que soy yo?
(Ayatolah)
Como me llamo Job que a mi no me vuelven a timar.
Esta mejilla se mira y no se toca y no pienses siquiera en la otra,
pero puedo arreglarte las tuyas, ¡faltaría más!
Paz, amor y comprensión
y buen rollo y comunicación
y hostias para algún cabrón.
Paz, amor y comprensión.
Aquí vienen los payasos sin fronteras para alegrar a los niños en las guerras
pisando minas para su solaz y diversión.
Unas flores para la primera dama; muy bonitas, pero no sirven de nada
si no llevan dentro un poco de fuego artificial.
Odia al prójimo como a tí mismo odia al tonto, odia al listo;
al bueno, al feo, al malo y al regular.
Los enemigos de mi enemigos son también mis enemigos;
ante todo, educación y urbanidad
Si les asalta el vicio de pedir, a mí me queda la virtud de no dar
y si quieren dejarme algo prueben a dejarme en paz.
No estropeen una bella enemistad: no tendran una segunda oportunidad;
porque díganme en el alma ¿de quién se han creido que soy yo?
(Ayatolah)