Yo seré tu compañero par la
farra y el vino,
la guitarra, los caminos, los amores lisonjeros,
impuros y libertinos.
Pero si se acaba el vino, si te sientes prisionero,
si amores verdaderos y no encuentras tu destino
entre todos los senderos, yo seré tu compañero.
Yo seré tu compañero para el abrazo y la gloria,
para perder la memoria con el tiempo y el dinero
y palmadas laudatorias.
Mas, recuerda si el fracaso, te muestra su rostro fiero,
los vencidos siempre fueron despreciados en su ocaso,
por los que ayer los quisieron. Yo seré tu compañero.
Yo seré tu compañero para el sueño y la poesía,
lo que llaman utopía, los que nunca la entendieron
por torpeza o cobardía.
Y en la realidad mas dura y en el llanto mas sincero,
el rebelde desafuero, con toda mi encarnadura,
para andar juntos, me quedo. Yo seré tu compañero.
Yo seré tu compañero, en razón, paz y verdad,
en justicia y libertad, que es todo lo que m as quiero
aunque traigan soledad.
Para el odio y la traición o la envidia del artero
o soplón del carcelero, yo no presto el corazón
y aunque me duela no quiero, que me llames, Compañero.
farra y el vino,
la guitarra, los caminos, los amores lisonjeros,
impuros y libertinos.
Pero si se acaba el vino, si te sientes prisionero,
si amores verdaderos y no encuentras tu destino
entre todos los senderos, yo seré tu compañero.
Yo seré tu compañero para el abrazo y la gloria,
para perder la memoria con el tiempo y el dinero
y palmadas laudatorias.
Mas, recuerda si el fracaso, te muestra su rostro fiero,
los vencidos siempre fueron despreciados en su ocaso,
por los que ayer los quisieron. Yo seré tu compañero.
Yo seré tu compañero para el sueño y la poesía,
lo que llaman utopía, los que nunca la entendieron
por torpeza o cobardía.
Y en la realidad mas dura y en el llanto mas sincero,
el rebelde desafuero, con toda mi encarnadura,
para andar juntos, me quedo. Yo seré tu compañero.
Yo seré tu compañero, en razón, paz y verdad,
en justicia y libertad, que es todo lo que m as quiero
aunque traigan soledad.
Para el odio y la traición o la envidia del artero
o soplón del carcelero, yo no presto el corazón
y aunque me duela no quiero, que me llames, Compañero.