Fuiste a destrabar ese reloj
que hace tiempo se quedó clavado entre la una y las dos.
Fuiste a escribir una canción
que cuente cómo sos, que saque todo eso que sentís.
Pero cada vez que lo intentás
llegás a ese lugar, queriendo sonreírle a eso que buscás.
Frenás con la punta de los pies, tropezando sin saber
volviendo a entorpecerte en la tarea.
Cada vez que siento distinto
se abren los caminos y todo vuelve a empezar.
Cada vez que vuelvo al instinto
nacen otros ríos y vuelvo a desempatar.
Cada vez que hallás la solución,
la ciencia del adiós,
es llave de una puerta que se abre.
Vas cayendo al mundo del revés
y das en la niñez lo adulto de poder darle pelea.
Cuando en el espejo la visión
me dice que soy yo
el mismo que se inventa los problemas.
Freno con la punta de los pies, tropiezo sin saber
y vuelvo a entorpecerme así...
que hace tiempo se quedó clavado entre la una y las dos.
Fuiste a escribir una canción
que cuente cómo sos, que saque todo eso que sentís.
Pero cada vez que lo intentás
llegás a ese lugar, queriendo sonreírle a eso que buscás.
Frenás con la punta de los pies, tropezando sin saber
volviendo a entorpecerte en la tarea.
Cada vez que siento distinto
se abren los caminos y todo vuelve a empezar.
Cada vez que vuelvo al instinto
nacen otros ríos y vuelvo a desempatar.
Cada vez que hallás la solución,
la ciencia del adiós,
es llave de una puerta que se abre.
Vas cayendo al mundo del revés
y das en la niñez lo adulto de poder darle pelea.
Cuando en el espejo la visión
me dice que soy yo
el mismo que se inventa los problemas.
Freno con la punta de los pies, tropiezo sin saber
y vuelvo a entorpecerme así...