(Reynaldo Fernández Pavón)
Mi dulce niña, se fue de nosotros
la calle por donde
La Habana nos viera pasar
diciendo el poema
de noches que han muerto
y a fuerza de tiempo
lo vas a olvidar.
Pregonando, tus ojos
se confunden entre los portales;
entre amigos que llegan
y amigos que se van
buscando caminos
de poetas perdidos,
buscando el aliento
que sólo tú das.
Vida en mi vida
pasaste por todos mis años
milito en tu cuerpo
y construyo junto a ti
la ciudad, donde un niño riendo
saldrá a nuestro encuentro
donde los trovadores
te van a cantar.
Te van a cantar
entre los portales
entre amigos que llegan
y amigos que se van.
Mi dulce niña, se fue de nosotros
la calle por donde
La Habana nos viera pasar
diciendo el poema
de noches que han muerto
y a fuerza de tiempo
lo vas a olvidar.
Me vas a olvidar
entre los portales
entre amigos que llegan
y amigos que se van.
Mi dulce niña, se fue de nosotros
la calle por donde
La Habana nos viera pasar
diciendo el poema
de noches que han muerto
y a fuerza de tiempo
lo vas a olvidar.
Pregonando, tus ojos
se confunden entre los portales;
entre amigos que llegan
y amigos que se van
buscando caminos
de poetas perdidos,
buscando el aliento
que sólo tú das.
Vida en mi vida
pasaste por todos mis años
milito en tu cuerpo
y construyo junto a ti
la ciudad, donde un niño riendo
saldrá a nuestro encuentro
donde los trovadores
te van a cantar.
Te van a cantar
entre los portales
entre amigos que llegan
y amigos que se van.
Mi dulce niña, se fue de nosotros
la calle por donde
La Habana nos viera pasar
diciendo el poema
de noches que han muerto
y a fuerza de tiempo
lo vas a olvidar.
Me vas a olvidar
entre los portales
entre amigos que llegan
y amigos que se van.