La gloria, como una nube,
desaparece si miras otra vez;
la fama va envileciendo
ese pedazo intacto que queda de ti.
Y ni siquiera el poder será
capaz de neutralizar
lo que se puede encontrar
bajo una risa feliz
y un sentimiento espiritual
que te aguardan
para hacerte bueno hasta el final.
Las cosas que nunca tuve
son tan sencillas
como irlas a buscar.
Tuve un árbol, pero se secó,
tuve un niño y entre mis manos creció,
tuve un libro pero envejeció;
el tiempo se llevó
toda la inocencia que al nacer les dio.
Las cosas que nunca tuve
son tan sencillas
como irlas a buscar.
Por eso cuando te miro,
ya sin ninguna duda
creo adivinar
que estoy a un paso de la verdad
cuando presiento que sé
lo que se puede encontrar
bajo una risa feliz
y un sentimiento espiritual
que me aguardan
para hacerme bueno hasta el final.
La novia que nunca tuve,
el primer amor que siempre soñé.
desaparece si miras otra vez;
la fama va envileciendo
ese pedazo intacto que queda de ti.
Y ni siquiera el poder será
capaz de neutralizar
lo que se puede encontrar
bajo una risa feliz
y un sentimiento espiritual
que te aguardan
para hacerte bueno hasta el final.
Las cosas que nunca tuve
son tan sencillas
como irlas a buscar.
Tuve un árbol, pero se secó,
tuve un niño y entre mis manos creció,
tuve un libro pero envejeció;
el tiempo se llevó
toda la inocencia que al nacer les dio.
Las cosas que nunca tuve
son tan sencillas
como irlas a buscar.
Por eso cuando te miro,
ya sin ninguna duda
creo adivinar
que estoy a un paso de la verdad
cuando presiento que sé
lo que se puede encontrar
bajo una risa feliz
y un sentimiento espiritual
que me aguardan
para hacerme bueno hasta el final.
La novia que nunca tuve,
el primer amor que siempre soñé.