Si mi techo es mi cielo, mi mundo no esta aquí. Si las calles recorro y no hay nada para mi. Espero sin más consuelo que el suelo que piso. Entre castillos de cartón está mi paraíso.
[Nach]
Mañana en marzo y mis pies descalzos. Despierto medio muerto sobre el frío asfalto. Un día más en esta urbe fantasmal. Soledad concurrida así desfila la vida. De este errante marginal. Respiro el aire y el humo, así me consumo. Solillas abandonadas del suelo sacian mi ayuno. Sin días ni aniversarios sin prisas ni horarios. Aquí deambulo sonánbulo hasta el crepúsculo. Nómada de parques, portales y callejones auslados. Todo parece borroso desde este lado. La avenida es mía aunque no hay nadie que me espere. Y ano pienso en mi pasado por que duele. Mi propia burbuja es un viejo abrigo de papel de lija. Algún granuja robó mi sortija pero da igual. Es el mal de quien lo quiso todo y lo perdió todo. El diálogo de un hombre que habla solo como un muñeco de trapo arropado en harapos. Me reflejo en espejos, cansado y flaco. Escapo lejos del recuerdo y observo a la masa. En marcha, avalancha en tránsito pisando escarcha. Busco refugio bajo el sol sin control. Es mi aventura y entre tragos de alcohol. Escapo de esta locura sin cura. No tengo nada que perder ni que ganar por eso. Viajo sin rumbo hacia ningún lugar.
Si mi techo es mi cielo, mi mundo no esta aquí. Si las calles recorro y no hay nada para mi. Espero sin más consuelo que el suelo que piso. Entre castillos de cartón está mi paraíso.
[LOM-C]
Solo despierto y el frío es fuego, tempestad. Una vida convertida en ruegos. Se muestra un vacio en la ciudad del ego. Donde la magia es sonreír, donde veo mi mirada perdida. Y pienso en huir y contruir mis sueños con los escombros de vivir. En un palacio apartado del tiempo para no sufrir. Con mi verdad de fondo y esta presencia de desesperanza. Que cala hondo e la egnte y muestra mi danza. Deambular triste, camino solo sin un norte. Recuerdo cada día de luz en este horrizonte. Y sociedad finge mirando siempre distraída en su desierto. Como una esfinge que de mí prescinde. Realidad persiste poniendo obstáculos en mi camino gris. Agravando mi crisis y mis despistes. En la barra de un bar olvidado donde te veo por que veo mi pasado.En un vaso hecho de deseos y fracasos. Paraísos muertos resucitan y citan la verdad. De una ciencia por la que gritan. Cuando no encuentro mi claridad se desvanece. Con el último llanto del día por que no amanece. Melodía fúnebre que cubre en sol y sus placeres. Cuando Dios y su imagen de piedra me impiden volar, Cuando vuele, dile a la luna que me escuche. Contaré que sus secretos sol el alma para que yo luche. Dirán que soy escoria, que enloquecí, Que mi vida es un espacio ficticio dentro de mi memoria. Dirán de mi que estoy perdido y que no tuve suerte. Cuando busquen en mis ojos mi historia y vivan mi muerte. Mi destino, un desperdicio del milagro. UN embargo del alma y el cuerpo que me sabe amargo. Cuando trago y mi gagranta siente ira en mi castillo de cartones y sueños, vidas y pérdidas.
Si mi techo es mi cielo, mi mundo no esta aquí. Si las calles recorro y no hay nada para mi. Espero sin más consuelo que el suelo que piso. Entre castillos de cartón está mi paraíso.
[Nach]
Mañana en marzo y mis pies descalzos. Despierto medio muerto sobre el frío asfalto. Un día más en esta urbe fantasmal. Soledad concurrida así desfila la vida. De este errante marginal. Respiro el aire y el humo, así me consumo. Solillas abandonadas del suelo sacian mi ayuno. Sin días ni aniversarios sin prisas ni horarios. Aquí deambulo sonánbulo hasta el crepúsculo. Nómada de parques, portales y callejones auslados. Todo parece borroso desde este lado. La avenida es mía aunque no hay nadie que me espere. Y ano pienso en mi pasado por que duele. Mi propia burbuja es un viejo abrigo de papel de lija. Algún granuja robó mi sortija pero da igual. Es el mal de quien lo quiso todo y lo perdió todo. El diálogo de un hombre que habla solo como un muñeco de trapo arropado en harapos. Me reflejo en espejos, cansado y flaco. Escapo lejos del recuerdo y observo a la masa. En marcha, avalancha en tránsito pisando escarcha. Busco refugio bajo el sol sin control. Es mi aventura y entre tragos de alcohol. Escapo de esta locura sin cura. No tengo nada que perder ni que ganar por eso. Viajo sin rumbo hacia ningún lugar.
Si mi techo es mi cielo, mi mundo no esta aquí. Si las calles recorro y no hay nada para mi. Espero sin más consuelo que el suelo que piso. Entre castillos de cartón está mi paraíso.
[LOM-C]
Solo despierto y el frío es fuego, tempestad. Una vida convertida en ruegos. Se muestra un vacio en la ciudad del ego. Donde la magia es sonreír, donde veo mi mirada perdida. Y pienso en huir y contruir mis sueños con los escombros de vivir. En un palacio apartado del tiempo para no sufrir. Con mi verdad de fondo y esta presencia de desesperanza. Que cala hondo e la egnte y muestra mi danza. Deambular triste, camino solo sin un norte. Recuerdo cada día de luz en este horrizonte. Y sociedad finge mirando siempre distraída en su desierto. Como una esfinge que de mí prescinde. Realidad persiste poniendo obstáculos en mi camino gris. Agravando mi crisis y mis despistes. En la barra de un bar olvidado donde te veo por que veo mi pasado.En un vaso hecho de deseos y fracasos. Paraísos muertos resucitan y citan la verdad. De una ciencia por la que gritan. Cuando no encuentro mi claridad se desvanece. Con el último llanto del día por que no amanece. Melodía fúnebre que cubre en sol y sus placeres. Cuando Dios y su imagen de piedra me impiden volar, Cuando vuele, dile a la luna que me escuche. Contaré que sus secretos sol el alma para que yo luche. Dirán que soy escoria, que enloquecí, Que mi vida es un espacio ficticio dentro de mi memoria. Dirán de mi que estoy perdido y que no tuve suerte. Cuando busquen en mis ojos mi historia y vivan mi muerte. Mi destino, un desperdicio del milagro. UN embargo del alma y el cuerpo que me sabe amargo. Cuando trago y mi gagranta siente ira en mi castillo de cartones y sueños, vidas y pérdidas.
Si mi techo es mi cielo, mi mundo no esta aquí. Si las calles recorro y no hay nada para mi. Espero sin más consuelo que el suelo que piso. Entre castillos de cartón está mi paraíso.