El Alemán de Corao,
perdido por los Urrieles,
se refresca de mañana
revolcándose en la nieve.
Ya de vuelta en Abamia
da comida a su lechuza
y termina unos dibujos
desde la cueva del Cuélebre.
Don Roberto Frasinelli
se acerca hasta el cementerio
y se acuesta unos minutos
bajo el tejo si es que llueve.
Cómo iba a imaginar que más
de un siglo más tarde
tal árbol iba a sufrir
una afrenta tan hiriente.
perdido por los Urrieles,
se refresca de mañana
revolcándose en la nieve.
Ya de vuelta en Abamia
da comida a su lechuza
y termina unos dibujos
desde la cueva del Cuélebre.
Don Roberto Frasinelli
se acerca hasta el cementerio
y se acuesta unos minutos
bajo el tejo si es que llueve.
Cómo iba a imaginar que más
de un siglo más tarde
tal árbol iba a sufrir
una afrenta tan hiriente.