Marcos Mundstock: La zamba "Añoralgias" ha sido recopilada por un gran investigador de nuestro folklore. Un hombre nacido en el norte, el noruego Sven Kundsen, el payo Kundsen. A pesar de su origen escandinavo, Kundsen amaba a nuestra tierra. Solía decir: "Yo soy más criollo que el bacalau". Cuando le pedían su opinión sobre algún tema comprometido, él respondía: "Yo argentino". Arqueólogo, musicólogo, viajero "infatigólogo", a su iniciativa debemos el simposio interdisciplinario que reunió a folkloristas y ginecólogos. El tema era "La relación entre el examen de mama y el alazán de tata". Fue en un pueblito de Salta donde Kundsen oyó por primera vez la zamba "Añoralgias" que escucharemos, cantada por una aciana de ciento ocho años a la que había encontrado en una de sus excavaciones arqueológicas. Dice Kundsen en sus memorias: La venerable mujer parecía confundirse con el paisaje. Me dijo: "Mire ese algarrobo", señalando un guanaco. En efecto, se confundía con el paisaje. Cuando ella terminó de canturrear la zamba, sigue diciendo Kundsen, le pregunté si la había aprendido de sus abuelos. Y ella me contestó: "Esta zamba la escuché en un compact que me mandaron de Buenos Aires". A continuación escucharemos, en versión de Les Luthiers, la zamba "Añoralgias".
(Aparecen en escena Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Daniel Rabinovich y Carlos Núñez Cortés. Carlos López Puccio tiene un bombo a los pies y Jorge y Daniel portan cada uno una guitarra)
Carlos Núñez Cortés:
Yo canto porque me gusta
y soy hombre de valor.
A "naide" tengo temor
ni cosa alguna me asusta
porque ¡¡¡Aaaaahhhhh!!!
(Mientras Carlos Núñez recita, Daniel llega por detrás y le toca el hombro, y Carlos Núñez lanza un grito del susto. Daniel le pregunta que si está loco, que qué le pasa, y Carlos Núñez le explica que le ha caído una araña del techo. Todo esto interpretándolo con gestos. Entonces Carlos Núñez comienza a fantasear, y cuenta que la araña era grandísima, que le caminaba por todo el cuerpo, y que él finalmente luchó contra ella, la agarró, la araña cayó al suelo, la pisó... y la mató. Cuando termina de contar la historia, da comienzo a la zamba)
Carlos Núñez Cortés: ¡Primera!
(Mientras tocan la melodía de la zamba, Daniel Rabinovich mira a un lado y a otro, temeroso de que la araña vuelva a aparecer)
Carlos Núñez Cortés: ¡Adentro!
Coro: Esta zamba canto a mi tierra distante
Cálido pueblito de nuestro interior
Jorge Maronna y Daniel Rabinovich: Tierra ardiente que inspira mi amor
Daniel Rabinovich: Gredosa, reseca de sol calcinante
Coro: Recordando esa tierra quemante
Resuena mi grito: ¡Qué calor!
Coro: Cómo te recuerdo mi lindo pueblito
Con tu aire húmedo y denso de día
Jorge Maronna y Daniel Rabinovich: Noches cálidas de fantasía
Daniel Rabinovich: Pobladas de magia, de encanto infinito
Coro: Y el cantar de tu fresco arroyito
Salvo en los diez meses de la sequía.
Coro: Siempre fue muy calmo mi pueblo adorado
Jorge Maronna: Salvo aquella vez que pasó el huracán
Daniel Rabinovich y Carlos Núñez: Viejos pagos, qué lejos están
Daniel Rabinovich: Mi tierra querida, mi dulce poblado
Carlos Núñez Cortés: ¡Bueno!
Coro: Tengo miedo de que hayas cambiado
Después de la última erupción del volcán.
Carlos Núñez Cortés: ¡Segunda!
(Vuelven a tocar la melodía y Daniel Rabinovich busca otra vez a la araña)
Carlos Núñez Cortés: ¡Adentro!
Coro: Tierra que hasta ayer mi niñez cobijabas
Siempre te recuerdo con el corazón
Jorge Maronna y Daniel Rabinovich: Aunque aquel arroyito dulzón
Daniel Rabinovich: Hoy sea un hirviente torrente de lava
Coro: Que por suerte a veces se apaga
Cuando llega el tiempo de la inundación.
Coro: Los hambrientos lobos aullando estremecen
Cuando son mordidos por fieros mosquitos
Jorge Maronna y Daniel Rabinovich: No se puede dormir por los gritos
Daniel Rabinovich: De miles de buitres que el cielo oscurecen
Coro: Siempre algún terremoto aparece
Y al atardecer llueven meteoritos.
Coro: Y si a mi pueblito volver yo pudiera
Jorge Maronna: A mi viejo pueblo al que no he regresado
Daniel Rabinovich y Carlos Núñez: Si pudiera volver al poblado
Daniel Rabinovich: Que siempre me llama, que siempre me espera
Carlos Núñez Cortés: ¡Se acaba!
Coro: Si a mi pueblo volver yo pudiera
¡No lo haría ni mamado!
(Jorge, Daniel y Carlos Núñez se retiran del escenario, y queda sólo Carlos López Puccio. Éste descubre frente a sus pies un bombo, y se lamenta por no haberlo descubierto antes y no haberlo tocado durante la zamba)
(Aparecen en escena Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Daniel Rabinovich y Carlos Núñez Cortés. Carlos López Puccio tiene un bombo a los pies y Jorge y Daniel portan cada uno una guitarra)
Carlos Núñez Cortés:
Yo canto porque me gusta
y soy hombre de valor.
A "naide" tengo temor
ni cosa alguna me asusta
porque ¡¡¡Aaaaahhhhh!!!
(Mientras Carlos Núñez recita, Daniel llega por detrás y le toca el hombro, y Carlos Núñez lanza un grito del susto. Daniel le pregunta que si está loco, que qué le pasa, y Carlos Núñez le explica que le ha caído una araña del techo. Todo esto interpretándolo con gestos. Entonces Carlos Núñez comienza a fantasear, y cuenta que la araña era grandísima, que le caminaba por todo el cuerpo, y que él finalmente luchó contra ella, la agarró, la araña cayó al suelo, la pisó... y la mató. Cuando termina de contar la historia, da comienzo a la zamba)
Carlos Núñez Cortés: ¡Primera!
(Mientras tocan la melodía de la zamba, Daniel Rabinovich mira a un lado y a otro, temeroso de que la araña vuelva a aparecer)
Carlos Núñez Cortés: ¡Adentro!
Coro: Esta zamba canto a mi tierra distante
Cálido pueblito de nuestro interior
Jorge Maronna y Daniel Rabinovich: Tierra ardiente que inspira mi amor
Daniel Rabinovich: Gredosa, reseca de sol calcinante
Coro: Recordando esa tierra quemante
Resuena mi grito: ¡Qué calor!
Coro: Cómo te recuerdo mi lindo pueblito
Con tu aire húmedo y denso de día
Jorge Maronna y Daniel Rabinovich: Noches cálidas de fantasía
Daniel Rabinovich: Pobladas de magia, de encanto infinito
Coro: Y el cantar de tu fresco arroyito
Salvo en los diez meses de la sequía.
Coro: Siempre fue muy calmo mi pueblo adorado
Jorge Maronna: Salvo aquella vez que pasó el huracán
Daniel Rabinovich y Carlos Núñez: Viejos pagos, qué lejos están
Daniel Rabinovich: Mi tierra querida, mi dulce poblado
Carlos Núñez Cortés: ¡Bueno!
Coro: Tengo miedo de que hayas cambiado
Después de la última erupción del volcán.
Carlos Núñez Cortés: ¡Segunda!
(Vuelven a tocar la melodía y Daniel Rabinovich busca otra vez a la araña)
Carlos Núñez Cortés: ¡Adentro!
Coro: Tierra que hasta ayer mi niñez cobijabas
Siempre te recuerdo con el corazón
Jorge Maronna y Daniel Rabinovich: Aunque aquel arroyito dulzón
Daniel Rabinovich: Hoy sea un hirviente torrente de lava
Coro: Que por suerte a veces se apaga
Cuando llega el tiempo de la inundación.
Coro: Los hambrientos lobos aullando estremecen
Cuando son mordidos por fieros mosquitos
Jorge Maronna y Daniel Rabinovich: No se puede dormir por los gritos
Daniel Rabinovich: De miles de buitres que el cielo oscurecen
Coro: Siempre algún terremoto aparece
Y al atardecer llueven meteoritos.
Coro: Y si a mi pueblito volver yo pudiera
Jorge Maronna: A mi viejo pueblo al que no he regresado
Daniel Rabinovich y Carlos Núñez: Si pudiera volver al poblado
Daniel Rabinovich: Que siempre me llama, que siempre me espera
Carlos Núñez Cortés: ¡Se acaba!
Coro: Si a mi pueblo volver yo pudiera
¡No lo haría ni mamado!
(Jorge, Daniel y Carlos Núñez se retiran del escenario, y queda sólo Carlos López Puccio. Éste descubre frente a sus pies un bombo, y se lamenta por no haberlo descubierto antes y no haberlo tocado durante la zamba)