Con la noche tus persianas se abren y yo,
vuelvo a entrar con la mirar en tu habitación,
y veo desde mi balcón cuando cae sin piedad,
al suelo tu sujetador y con el mi voluntad
para no verte y escapar de este vicio en el que estoy,
amontonando en el cristal,
las caricias que te doy, que te doy,
no hay un solo parlamento en el guión principal,
pero yo en mis pensamientos te invito a charlar,
y cuéntame como te va,
mientras lees otra vez el libro de tu soledad,
y yo nada puedo hacer
para no verte y escapar de este vicio en el que estoy,
amontonando en el cristal,
las caricias que te doy, que te doy
y veo desde mi balcón cuando cae sin piedad,
al suelo tu sujetador y con el mi voluntad
para no verte y escapar de este vicio en el que estoy,
amontonando en el cristal,
las caricias que te doy, que te doy
vuelvo a entrar con la mirar en tu habitación,
y veo desde mi balcón cuando cae sin piedad,
al suelo tu sujetador y con el mi voluntad
para no verte y escapar de este vicio en el que estoy,
amontonando en el cristal,
las caricias que te doy, que te doy,
no hay un solo parlamento en el guión principal,
pero yo en mis pensamientos te invito a charlar,
y cuéntame como te va,
mientras lees otra vez el libro de tu soledad,
y yo nada puedo hacer
para no verte y escapar de este vicio en el que estoy,
amontonando en el cristal,
las caricias que te doy, que te doy
y veo desde mi balcón cuando cae sin piedad,
al suelo tu sujetador y con el mi voluntad
para no verte y escapar de este vicio en el que estoy,
amontonando en el cristal,
las caricias que te doy, que te doy