Agre llamó a las seis para decirme que
se ha suicidado Miguel Bocamuerta.
Corrí a la Facultad y la reconocí de espaldas
y eso no es fácil a la primera, hoy todas visten igual.
A solas quise llorar hasta que ella me tomó de su mano,
de su mano, de su mano.
No comprendo cómo puede doler tanto algo que no se conoce.
Y por eso me prometí quererla sin un reproche,
como a un desconocido,
como a alguien sin defectos, como a un niño.
Fuimos alpinistas subiendo al ático
y luego hicimos el amor a oscuras,
temblando hasta acabar exhaustos y desvalidos,
pero felices, felices, felices.
Nos vestimos muy despacio,
casi sin hablar la llevé a casa.
No recuerdo despedida con tanta paz, con tanta paz.
A las doce llamé al Agre y le pregunté:
¿cómo fue lo de Miguel?
No comprendo cómo puede doler tanto algo que no se conoce.
Y por eso me prometí quererla sin un reproche,
como a un desconocido,
como a alguien sin defectos, como a un niño.
se ha suicidado Miguel Bocamuerta.
Corrí a la Facultad y la reconocí de espaldas
y eso no es fácil a la primera, hoy todas visten igual.
A solas quise llorar hasta que ella me tomó de su mano,
de su mano, de su mano.
No comprendo cómo puede doler tanto algo que no se conoce.
Y por eso me prometí quererla sin un reproche,
como a un desconocido,
como a alguien sin defectos, como a un niño.
Fuimos alpinistas subiendo al ático
y luego hicimos el amor a oscuras,
temblando hasta acabar exhaustos y desvalidos,
pero felices, felices, felices.
Nos vestimos muy despacio,
casi sin hablar la llevé a casa.
No recuerdo despedida con tanta paz, con tanta paz.
A las doce llamé al Agre y le pregunté:
¿cómo fue lo de Miguel?
No comprendo cómo puede doler tanto algo que no se conoce.
Y por eso me prometí quererla sin un reproche,
como a un desconocido,
como a alguien sin defectos, como a un niño.