Hay una trampa en cada cosa que dices
y mariposas que no nos dejan ver más allá.
Hay una puerta en tu rostro de actriz,
se desdice el profeta para poder entrar.
Cuando suenan las campanas y entran los rayos del sol,
cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal
querremos volver a puerto una vez en alta mar.
En la calle hablan los ingenuos
y sé que otros callan por no decir la verdad.
A veces cuando parece sencillo
te sientes tan cerca que el miedo no te deja entrar.
Cuando suenan las campanas y entran los rayos del sol,
cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal
querremos volver a puerto una vez en alta mar.
Cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal...
Hay una trampa en tu rostro de actriz,
se desdice el profeta para poder entrar.
Cuando suenan las campanas y entran los rayos del sol,
cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal
querremos volver a puerto una vez en alta mar.
Cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal...
y mariposas que no nos dejan ver más allá.
Hay una puerta en tu rostro de actriz,
se desdice el profeta para poder entrar.
Cuando suenan las campanas y entran los rayos del sol,
cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal
querremos volver a puerto una vez en alta mar.
En la calle hablan los ingenuos
y sé que otros callan por no decir la verdad.
A veces cuando parece sencillo
te sientes tan cerca que el miedo no te deja entrar.
Cuando suenan las campanas y entran los rayos del sol,
cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal
querremos volver a puerto una vez en alta mar.
Cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal...
Hay una trampa en tu rostro de actriz,
se desdice el profeta para poder entrar.
Cuando suenan las campanas y entran los rayos del sol,
cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal
querremos volver a puerto una vez en alta mar.
Cada vez que abres la puerta y desempañas el cristal...