TU VIEJA VENTANA (II) (VALS)
Versión grabada por Carlos Gardel en Barcelona el 17 de diciembre de
1927, con acompañamiento de Josi Ricardo y Guillermo Barbieri
(guitarras).
Vine al pie de tu vieja ventana, mi bien,
a ofrecerte, mi vida, este canto de amor
porque quiero que sepas que te amo, mi edén,
y te siento latir en mi fiel corazón.
Yo quisiera, mujer, que comprendas
el cariño tan leal que te tengo:
que me paso las horas pensando,
y es ésa la causa que yo ya ni duermo.
He traído del campo estas flores que ayer
arrancaron mis manos con ansias por ti
porque quiero mirarte contenta, mujer,
y mostrarte que yo moriría por ti.
Si un intérprete fueras, entonces
sentirías, igual que yo siento,
un amor tan extraño y tan dulce
que al no realizarse sería un infierno.
Asomá tu carita y no me hagas sufrir,
te lo pido por lo que más quieras, mi amor;
si al no verte sería capaz de morir
de cariño quizás, o de extraño dolor.
Los c**pables han sido tus ojos
y tus labios los cómplices fueron
que me tienen igual que a un esclavo
y soy, si se quiere, tu fiel prisionero.
Vals
Música (ir a la partitura): Guillermo Barbieri
Letra: Ambrosio Río
He traído del campo estas flores que ayer
arrancaron mis manos con gran frenesí.
Porque quiero tenerte contenta, mujer,
y mostrarte que yo moriría por ti.
Si una intérprete fueras entonces,
sentirías igual que yo siento
un amor tan extraño y tan dulce
que al no realizarse sería un infierno.
Asomá tu carita y no me hagas sufrir,
te lo pido por lo que más quieras, mi amor,
que al no verte sería capaz de morir,
de cariño, quizá, o de extraño dolor.
Los c**pables han sido tus ojos
y tus labios tus cómplices fueron,
que me tienen igual que a un esclavo
y soy, si se quiere, tu fiel prisionero.
Versión grabada por Carlos Gardel en Barcelona el 17 de diciembre de
1927, con acompañamiento de Josi Ricardo y Guillermo Barbieri
(guitarras).
Vine al pie de tu vieja ventana, mi bien,
a ofrecerte, mi vida, este canto de amor
porque quiero que sepas que te amo, mi edén,
y te siento latir en mi fiel corazón.
Yo quisiera, mujer, que comprendas
el cariño tan leal que te tengo:
que me paso las horas pensando,
y es ésa la causa que yo ya ni duermo.
He traído del campo estas flores que ayer
arrancaron mis manos con ansias por ti
porque quiero mirarte contenta, mujer,
y mostrarte que yo moriría por ti.
Si un intérprete fueras, entonces
sentirías, igual que yo siento,
un amor tan extraño y tan dulce
que al no realizarse sería un infierno.
Asomá tu carita y no me hagas sufrir,
te lo pido por lo que más quieras, mi amor;
si al no verte sería capaz de morir
de cariño quizás, o de extraño dolor.
Los c**pables han sido tus ojos
y tus labios los cómplices fueron
que me tienen igual que a un esclavo
y soy, si se quiere, tu fiel prisionero.
Vals
Música (ir a la partitura): Guillermo Barbieri
Letra: Ambrosio Río
He traído del campo estas flores que ayer
arrancaron mis manos con gran frenesí.
Porque quiero tenerte contenta, mujer,
y mostrarte que yo moriría por ti.
Si una intérprete fueras entonces,
sentirías igual que yo siento
un amor tan extraño y tan dulce
que al no realizarse sería un infierno.
Asomá tu carita y no me hagas sufrir,
te lo pido por lo que más quieras, mi amor,
que al no verte sería capaz de morir,
de cariño, quizá, o de extraño dolor.
Los c**pables han sido tus ojos
y tus labios tus cómplices fueron,
que me tienen igual que a un esclavo
y soy, si se quiere, tu fiel prisionero.