Tango
Música: Juan Maglio
Letra: Enrique Dizeo
Cadenero de buen porte, garabito a la piu bela,
pinta brava de muchacho con tu jetra shushetín,
académico en el arte de tallar a la alta escuela,
con razón bancás el juego más debute de quiniela
y tirás monte con puerta en lo del viejo Anyulín.
La corriste siempre en yunta con el lince veterano.
Muchos años de servicio en la vida ya llevás.
A tu juego te llamaron si hay bochinche en el pantano
porque sos la zurda linda, la muñeca... Si es en vano
que chamuyen los pipiolos que pegás, pero de atrás...
Vos copaste cualquier banca y cantaste las cuarenta.
Con parolas de platino tus hazañas quedarán.
En la historia de los reos, donde todo se comenta
dormita la biografía del cacique de más menta
como un recuerdo mistongo de los ranas que se van.
Embrocás todito el paño que apoliya sobre el mapa.
Zapateaste por el Este, por el Norte y por el Sur.
Te respetan los vivillos y, todavía, de yapa,
no te falta quien te alise, quien te planche la solapa
con halagos amorosos porque valés un Perú.
Dale gracia a la gambeta que apañaste en la experiencia
y a la astucia de hombre sabio si hoy cargás mucho parné.
Has vivido echando buena en la cancha de la ciencia...
Si hasta el tira, cada tanto, quince días de licencia
te los da para que yires ostentando el pedigree.
Música: Juan Maglio
Letra: Enrique Dizeo
Cadenero de buen porte, garabito a la piu bela,
pinta brava de muchacho con tu jetra shushetín,
académico en el arte de tallar a la alta escuela,
con razón bancás el juego más debute de quiniela
y tirás monte con puerta en lo del viejo Anyulín.
La corriste siempre en yunta con el lince veterano.
Muchos años de servicio en la vida ya llevás.
A tu juego te llamaron si hay bochinche en el pantano
porque sos la zurda linda, la muñeca... Si es en vano
que chamuyen los pipiolos que pegás, pero de atrás...
Vos copaste cualquier banca y cantaste las cuarenta.
Con parolas de platino tus hazañas quedarán.
En la historia de los reos, donde todo se comenta
dormita la biografía del cacique de más menta
como un recuerdo mistongo de los ranas que se van.
Embrocás todito el paño que apoliya sobre el mapa.
Zapateaste por el Este, por el Norte y por el Sur.
Te respetan los vivillos y, todavía, de yapa,
no te falta quien te alise, quien te planche la solapa
con halagos amorosos porque valés un Perú.
Dale gracia a la gambeta que apañaste en la experiencia
y a la astucia de hombre sabio si hoy cargás mucho parné.
Has vivido echando buena en la cancha de la ciencia...
Si hasta el tira, cada tanto, quince días de licencia
te los da para que yires ostentando el pedigree.