Pueden mil soles abrasar tu luna llena, la que escondes detrás.
Muéstrame cómo es y te enseñaré la cara oculta de mis ruinas.
Voy a ser el dique enfrentándose a olas enormes, si van a hacia ti.
Recordaré, las sendas retorcidas, lugares de los que nada conté.
No hay cartas que escribir de puño y letra,
ni llave que abra el buzón.
No quiero hablar de mis victorias o derrotas,
sólo escuchar tu voz.
Cuando la sangre hierve, sólo escucharé tu voz.
Si en mis brazos te pierdes, sólo escucharé tu voz.
Si la herida va y viene, sólo escuchare tu voz,
Y es tan despierta por ti.
Siento hormigas correteando por mi cuerpo, desnudo y frío.
Sin calor que temple vida ni esperanza, eclipsadas si no eres tú.
No hay cartas que escribir de puño y letra,
ni llave que abra el buzón.
No quiero hablar de mis victorias o derrotas,
sólo escuchar tu voz.
Cuando la sangre hierve, sólo escucharé tu voz.
Si en mis brazos te pierdes, sólo escucharé tu voz.
Si la herida va y viene, sólo escuchare tu voz,
Y es tan despierta por ti.
Muéstrame cómo es y te enseñaré la cara oculta de mis ruinas.
Voy a ser el dique enfrentándose a olas enormes, si van a hacia ti.
Recordaré, las sendas retorcidas, lugares de los que nada conté.
No hay cartas que escribir de puño y letra,
ni llave que abra el buzón.
No quiero hablar de mis victorias o derrotas,
sólo escuchar tu voz.
Cuando la sangre hierve, sólo escucharé tu voz.
Si en mis brazos te pierdes, sólo escucharé tu voz.
Si la herida va y viene, sólo escuchare tu voz,
Y es tan despierta por ti.
Siento hormigas correteando por mi cuerpo, desnudo y frío.
Sin calor que temple vida ni esperanza, eclipsadas si no eres tú.
No hay cartas que escribir de puño y letra,
ni llave que abra el buzón.
No quiero hablar de mis victorias o derrotas,
sólo escuchar tu voz.
Cuando la sangre hierve, sólo escucharé tu voz.
Si en mis brazos te pierdes, sólo escucharé tu voz.
Si la herida va y viene, sólo escuchare tu voz,
Y es tan despierta por ti.