Ocultar mi identidad
tras las líneas de la vanidad.
Escuche bien, vuestra merced...
Son tiempos malditos
los que no toca vivir,
llenos de miseria y falso honor.
Espada presta a su mejor postor
de Flandes a Madrid
Don Diego, a su servicio y atención.
Un soldado no se puede permitir
el lujo de tener
principios más allá del pan
que le da de comer.
Enfrento herejes contra mi piedad.
Malatesta se hace llamar,
cuál perro al gato me persigue en la rutina de morir,
no conforme con el engaño
que nos ha tocado vivir.
Mi espada y vizcaína empuñé
¡Oficio de matar!
¡Mi diestra a su merced!
No quiero hogar, no quiero paz,
mo existe el cielo para mí.
Espada a sueldo, hombre de tercio.
Malvivir por dos maravedís
sin renunciar jamás
¡A ser mi capitán!
"Nos regía un capitán
que venía mal herido.
En el afán de su agonía
es capitán desde aquel día."
Partida cruel,
la de este ajedrez,
sin bando ni horizonte.
Donde gana el que antes despierte
la ira de Caronte.
¡Opongamos picas a caballos!
¡Que la sangre corra,
Hijos de Santiago!
Reza por los tercios que defendieron tu hogar,
reza por el hombre que los llevará a triunfar.
Y en la vida nadie te hace ganar o perder.
¡En ti debes creer!
No quiero hogar, no quiero paz,
mo existe el cielo para mí.
Espada a sueldo, hombre de tercio.
Malvivir por dos maravedís
sin renunciar jamás
¡A ser mi capitán!
tras las líneas de la vanidad.
Escuche bien, vuestra merced...
Son tiempos malditos
los que no toca vivir,
llenos de miseria y falso honor.
Espada presta a su mejor postor
de Flandes a Madrid
Don Diego, a su servicio y atención.
Un soldado no se puede permitir
el lujo de tener
principios más allá del pan
que le da de comer.
Enfrento herejes contra mi piedad.
Malatesta se hace llamar,
cuál perro al gato me persigue en la rutina de morir,
no conforme con el engaño
que nos ha tocado vivir.
Mi espada y vizcaína empuñé
¡Oficio de matar!
¡Mi diestra a su merced!
No quiero hogar, no quiero paz,
mo existe el cielo para mí.
Espada a sueldo, hombre de tercio.
Malvivir por dos maravedís
sin renunciar jamás
¡A ser mi capitán!
"Nos regía un capitán
que venía mal herido.
En el afán de su agonía
es capitán desde aquel día."
Partida cruel,
la de este ajedrez,
sin bando ni horizonte.
Donde gana el que antes despierte
la ira de Caronte.
¡Opongamos picas a caballos!
¡Que la sangre corra,
Hijos de Santiago!
Reza por los tercios que defendieron tu hogar,
reza por el hombre que los llevará a triunfar.
Y en la vida nadie te hace ganar o perder.
¡En ti debes creer!
No quiero hogar, no quiero paz,
mo existe el cielo para mí.
Espada a sueldo, hombre de tercio.
Malvivir por dos maravedís
sin renunciar jamás
¡A ser mi capitán!