Disolutos rebuscan la basura,
presos en el mismo rincón.
Su techo es el cielo de piedra
de los soportales de Antón.
No supe ver lo que iba a pasar.
Vivir la vida que nos dejen,
vagabundos del destino salvaje.
No te imaginas cuánta nicotina en las alas
de los pulmones de mi pensamiento.
Bebo y vuelvo en mí
con el vaivén de un barco
tripulado al fin.
Tiembla el pulso,
sigo vivo.
¿Cuánto corazón necesita Dios?
¿Qué más he de hacer?
Moriría por poder volver a nacer
presos en el mismo rincón.
Su techo es el cielo de piedra
de los soportales de Antón.
No supe ver lo que iba a pasar.
Vivir la vida que nos dejen,
vagabundos del destino salvaje.
No te imaginas cuánta nicotina en las alas
de los pulmones de mi pensamiento.
Bebo y vuelvo en mí
con el vaivén de un barco
tripulado al fin.
Tiembla el pulso,
sigo vivo.
¿Cuánto corazón necesita Dios?
¿Qué más he de hacer?
Moriría por poder volver a nacer