Cómo saber
si aquel hombre entró por entrar,
buscando sin buscar
el calor de una mujer.
Ella trabajaba el alterne
en la barra de un club,
sirviendo juventud
y algo de conversación
en la copa del necesitado,
entre luces de neón
y el sofá color carmín de un reservado.
"Déjate hacer,
cariño, sólo déjate hacer,
deja que esté por ti.
Cuando salgas de aquí
recuérdame este beso en la piel
y a mí, a mí con él".
Pudo ocurrir
que el tranvía de la soledad,
que tanto viene y va,
les pudiera confundir.
Pudo pasar
que se entretuviera el azar
jugando a quién es quién,
pero todo estaba bien
por primera vez en mucho tiempo,
ahora todo estaba bien
en la intimidad de aquel compartimento.
"Déjate hacer,
cariño, sólo déjate hacer,
deja que esté por ti.
Cuando salgas de aquí,
recuérdame este beso en la piel
y a mí, a mí con él".
Pobre corazón,
que no acierta a poner condición
para amar,
colgado de una tabla en el mar.
Aquella noche sucedió,
la ternura de un hombre acabó
rindiendo a esa mujer,
recelosa por necesidad
de tanta suavidad,
pero todo estaba bien,
por primera vez se la quería,
ahora todo estaba bien,
cada cual pudo c**plir su fantasía.
"Déjate hacer,
amor con nombre de amanecer,
deja que esté por ti.
Cuando salgas de aquí,
recuérdame este beso en la piel
y a mí, a mí con él".
si aquel hombre entró por entrar,
buscando sin buscar
el calor de una mujer.
Ella trabajaba el alterne
en la barra de un club,
sirviendo juventud
y algo de conversación
en la copa del necesitado,
entre luces de neón
y el sofá color carmín de un reservado.
"Déjate hacer,
cariño, sólo déjate hacer,
deja que esté por ti.
Cuando salgas de aquí
recuérdame este beso en la piel
y a mí, a mí con él".
Pudo ocurrir
que el tranvía de la soledad,
que tanto viene y va,
les pudiera confundir.
Pudo pasar
que se entretuviera el azar
jugando a quién es quién,
pero todo estaba bien
por primera vez en mucho tiempo,
ahora todo estaba bien
en la intimidad de aquel compartimento.
"Déjate hacer,
cariño, sólo déjate hacer,
deja que esté por ti.
Cuando salgas de aquí,
recuérdame este beso en la piel
y a mí, a mí con él".
Pobre corazón,
que no acierta a poner condición
para amar,
colgado de una tabla en el mar.
Aquella noche sucedió,
la ternura de un hombre acabó
rindiendo a esa mujer,
recelosa por necesidad
de tanta suavidad,
pero todo estaba bien,
por primera vez se la quería,
ahora todo estaba bien,
cada cual pudo c**plir su fantasía.
"Déjate hacer,
amor con nombre de amanecer,
deja que esté por ti.
Cuando salgas de aquí,
recuérdame este beso en la piel
y a mí, a mí con él".