Los días carecían de emoción,
el cielo siempre amanecía gris,
nevaba en toda mi extensión
y clareó cuando te conocí.
Y no fue nada fácil entregarse,
mi temor me echaba para atrás.
Tan sólo al asumir el riesgo de morir,
yo creo, encontré mi hogar.
Porque te quise, ay, mi bien,
entre el deseo y el miedo al cien por cien.
Porque te quise, ay, mi bien,
lleno de vida y de huida, a medias también.
Hoy ya no tengo ansia ni ansiedad,
ni más espejo que no seas tú.
Bendigo la oportunidad
que me brindó tu mano a cara o cruz.
En ti se estrellan todos mis defectos,
por tu amor desdigo lo que fui.
Ya poco me interesa ser yo mismo o no,
tan sólo ser digno de ti.
Porque soy tuyo, ay, mi bien,
y en ti diluyo mi orgullo y mi desdén.
Porque soy tuyo, ay, mi bien,
y me desgrano en tus manos, allí donde estén.
Si un día me fallara la razón
y me pusiera a hablar en singular,
recuérdame que hice esta canción
y, por favor, no me dejes marchar.
No dejes que otros ojos me confundan,
haz de ti un lazo y átame.
Si veo en tu mirada el brillo que probé,
seguro, sé que no me iré.
Porque te quiero, ay, mi bien,
y soy viajero y espero sobre tu andén.
Porque te quiero, ay, mi bien,
si no me abrigo contigo dime con quién.
el cielo siempre amanecía gris,
nevaba en toda mi extensión
y clareó cuando te conocí.
Y no fue nada fácil entregarse,
mi temor me echaba para atrás.
Tan sólo al asumir el riesgo de morir,
yo creo, encontré mi hogar.
Porque te quise, ay, mi bien,
entre el deseo y el miedo al cien por cien.
Porque te quise, ay, mi bien,
lleno de vida y de huida, a medias también.
Hoy ya no tengo ansia ni ansiedad,
ni más espejo que no seas tú.
Bendigo la oportunidad
que me brindó tu mano a cara o cruz.
En ti se estrellan todos mis defectos,
por tu amor desdigo lo que fui.
Ya poco me interesa ser yo mismo o no,
tan sólo ser digno de ti.
Porque soy tuyo, ay, mi bien,
y en ti diluyo mi orgullo y mi desdén.
Porque soy tuyo, ay, mi bien,
y me desgrano en tus manos, allí donde estén.
Si un día me fallara la razón
y me pusiera a hablar en singular,
recuérdame que hice esta canción
y, por favor, no me dejes marchar.
No dejes que otros ojos me confundan,
haz de ti un lazo y átame.
Si veo en tu mirada el brillo que probé,
seguro, sé que no me iré.
Porque te quiero, ay, mi bien,
y soy viajero y espero sobre tu andén.
Porque te quiero, ay, mi bien,
si no me abrigo contigo dime con quién.