Tuve un sueño hermoso la otra noche:
una ola perfecta me traía a un ángel,
su pelo era de oro y sus manos eran tiernas,
como el terciopelo.
Tuve un sueño sobre un ángel
que del mar llegaba a los bosques
y los llenaba de animales y de flores multicolores.
El mismo ángel se acercó a un lago
y los peces rezaron al cielo para saludarlo.
Empezaron a dar saltos y, de la brisa que levantaron,
dibujaron un arcoiris en el cielo que se elevó tan alto
que desde lo más profundo de la ciudad podíamos observarlo.
Pero no veo ángeles aquí en la ciudad,
ni de reojo, ni por asomo, ni oigo coros celestiales,
ni siento el aliento necesario para poder gritarlo alto.
Pero si no puedo encontrar a un ángel,
tal vez pueda encontrar a un chico,
un chico que sea lo más parecido a un ángel.
Tuve un sueño sobre un chico en un castillo:
estaba en la torre más alta, y en la torre su habitación.
Bailaba y cantaba como loco esta canción,
en su mirada había fuego
y en sus oídos sonaba el redoble de un tambor.
El chico se subió a una nube y, desde ella,
miró a la tierra allí abajo y soñó que ya no estaba solo,
que estaba solo ante una chica como yo.
Soñé que la oscuridad terminaba
porque los rayos del sol la desintegraban.
Pero eran solo sueños, no como esta noche
que es cierta como las quimeras y las grietas y las putas
trabajando en los portales tras las puertas del Raval.
Sabes que es real,
pero no puedes ponerle un nombre a la inmensidad,
acabará antes de que te des cuenta
de que acaba de empezar.
Da igual lo que digan, da igual lo que hagan,
nadie va a pararnos mientras no dejemos de c**plir años.
Así que...
Deja de llorar, aguántatelo, es viernes por la noche,
somos jóvenes y vamos a salir a bailar.
Deja de llorar, deja de esperar,
deja de pensártelo una vez más.
Déjate los complejos para otro día
y alza tu copa, deja que nazca el rebelde.
Bailemos por los desahuciados
y por los que perdieron la esperanza,
por los que se mataron y por los que juegan a jugársela.
Esta noche volveremos a ser jóvenes,
esta noche es lo que significa ser jóvenes,
esta noche volveremos a ser jóvenes
porque no hay cruz que no brille a la luz y es que...
Puedo hacerte vibrar, puedo hacerte sentir,
puedo hacerte soñar y volar,
y puedo hacerte bajar suavemente.
Puedo hacerte bailar, puedo hacerte reír,
puedo hacerte crecer y creer
y puedo hacerte un hombre,
puedo hacer que creas que puedo hacerte
lo que no sé hacerte y no te enteres.
Puedo hacer que suene esta canción
y encoger tu corazón tanto más y cuanto más
que a un jersey de algodón.
una ola perfecta me traía a un ángel,
su pelo era de oro y sus manos eran tiernas,
como el terciopelo.
Tuve un sueño sobre un ángel
que del mar llegaba a los bosques
y los llenaba de animales y de flores multicolores.
El mismo ángel se acercó a un lago
y los peces rezaron al cielo para saludarlo.
Empezaron a dar saltos y, de la brisa que levantaron,
dibujaron un arcoiris en el cielo que se elevó tan alto
que desde lo más profundo de la ciudad podíamos observarlo.
Pero no veo ángeles aquí en la ciudad,
ni de reojo, ni por asomo, ni oigo coros celestiales,
ni siento el aliento necesario para poder gritarlo alto.
Pero si no puedo encontrar a un ángel,
tal vez pueda encontrar a un chico,
un chico que sea lo más parecido a un ángel.
Tuve un sueño sobre un chico en un castillo:
estaba en la torre más alta, y en la torre su habitación.
Bailaba y cantaba como loco esta canción,
en su mirada había fuego
y en sus oídos sonaba el redoble de un tambor.
El chico se subió a una nube y, desde ella,
miró a la tierra allí abajo y soñó que ya no estaba solo,
que estaba solo ante una chica como yo.
Soñé que la oscuridad terminaba
porque los rayos del sol la desintegraban.
Pero eran solo sueños, no como esta noche
que es cierta como las quimeras y las grietas y las putas
trabajando en los portales tras las puertas del Raval.
Sabes que es real,
pero no puedes ponerle un nombre a la inmensidad,
acabará antes de que te des cuenta
de que acaba de empezar.
Da igual lo que digan, da igual lo que hagan,
nadie va a pararnos mientras no dejemos de c**plir años.
Así que...
Deja de llorar, aguántatelo, es viernes por la noche,
somos jóvenes y vamos a salir a bailar.
Deja de llorar, deja de esperar,
deja de pensártelo una vez más.
Déjate los complejos para otro día
y alza tu copa, deja que nazca el rebelde.
Bailemos por los desahuciados
y por los que perdieron la esperanza,
por los que se mataron y por los que juegan a jugársela.
Esta noche volveremos a ser jóvenes,
esta noche es lo que significa ser jóvenes,
esta noche volveremos a ser jóvenes
porque no hay cruz que no brille a la luz y es que...
Puedo hacerte vibrar, puedo hacerte sentir,
puedo hacerte soñar y volar,
y puedo hacerte bajar suavemente.
Puedo hacerte bailar, puedo hacerte reír,
puedo hacerte crecer y creer
y puedo hacerte un hombre,
puedo hacer que creas que puedo hacerte
lo que no sé hacerte y no te enteres.
Puedo hacer que suene esta canción
y encoger tu corazón tanto más y cuanto más
que a un jersey de algodón.