Me ha llamado caballero
la puerta de un lavabo.
Me he mirado en el espejo
y no era cierto, y he llorado.
Hoy no tengo la cabeza
como para hacerte un tema y ando.
Ando equivocado y sin camisa,
soy un carnaval de Cádiz y ando.
Y guardo en la memoria el equilibrio
de un Domingo atravesado,
y guardo aquel retrato de tu pecho
que escondí en el calendario.
Te he dejado en la despensa lunas,
si acaso es que oscurece.
Creo que se hace tarde y ya empezó la orquesta.
Busca entre la gente.
Caras demasiado cuerdas
para un escenario cada Viernes,
esperaré hasta el Sábado
y la feria fue cambiándome la suerte.
Pongamos que te pongo y me pones
el derroche entre las manos.
Pongamos que él te llama y no le coges,
y se nos juntan los labios.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto
como para no ver que hay gente aquí, a mi lado.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto
los días de Domingo que pesan como años.
No te quiero tanto...
Qué hacemos de los dos ahora
que ya me quiero un poco,
que me moja el mar del sur los pies.
Me moja y no estoy solo.
Medio loco como tú, como aquel verano azul
que se nos fue de las manos.
Despierta ya, mi bien,
despierta que ya amaneció,
que otra vez nos llama hacienda,
que hay atasco en la M - 30,
y aún nos quedan fuerzas
para medio asalto en la calle Libertad.
Pongamos entre los dos dos Gyn Tonics
en lugar de tu abogado.
Pongamos que él te llama y no le coges,
y se nos juntan los labios.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto,
pensándte después de un polvo en cualquier baño.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto,
buscando no encontrarte perdido en otros brazos.
No te quiero tanto...
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto,
si acaso es que te ciega la luz de un escenario.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto,
que tengo más amigos que tú soldados raso,
No te quiero tanto...
la puerta de un lavabo.
Me he mirado en el espejo
y no era cierto, y he llorado.
Hoy no tengo la cabeza
como para hacerte un tema y ando.
Ando equivocado y sin camisa,
soy un carnaval de Cádiz y ando.
Y guardo en la memoria el equilibrio
de un Domingo atravesado,
y guardo aquel retrato de tu pecho
que escondí en el calendario.
Te he dejado en la despensa lunas,
si acaso es que oscurece.
Creo que se hace tarde y ya empezó la orquesta.
Busca entre la gente.
Caras demasiado cuerdas
para un escenario cada Viernes,
esperaré hasta el Sábado
y la feria fue cambiándome la suerte.
Pongamos que te pongo y me pones
el derroche entre las manos.
Pongamos que él te llama y no le coges,
y se nos juntan los labios.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto
como para no ver que hay gente aquí, a mi lado.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto
los días de Domingo que pesan como años.
No te quiero tanto...
Qué hacemos de los dos ahora
que ya me quiero un poco,
que me moja el mar del sur los pies.
Me moja y no estoy solo.
Medio loco como tú, como aquel verano azul
que se nos fue de las manos.
Despierta ya, mi bien,
despierta que ya amaneció,
que otra vez nos llama hacienda,
que hay atasco en la M - 30,
y aún nos quedan fuerzas
para medio asalto en la calle Libertad.
Pongamos entre los dos dos Gyn Tonics
en lugar de tu abogado.
Pongamos que él te llama y no le coges,
y se nos juntan los labios.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto,
pensándte después de un polvo en cualquier baño.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto,
buscando no encontrarte perdido en otros brazos.
No te quiero tanto...
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto,
si acaso es que te ciega la luz de un escenario.
Y no te quiero tanto... y no te quiero tanto,
que tengo más amigos que tú soldados raso,
No te quiero tanto...