Un día que Asuero estaba
tomando cierto recreo,
vio llegar a Mardoqueo
a quien el rey apreciaba.
Al judío acompañaba
una doncella mujer;
el rey, lleno de placer,
la contempló poco a poco,
y se volvió casi loco
por los amores de Ester.
El monarca, enamora'o,
la bella galantizó,
y el reina'o le ofreció
pa' colocarla a su la'o.
Luego que estuvo arregla'o
aquel cuncunato fiero,
a los jefes por primero
a palacio los llamó,
y allí un festín preparó
el famoso rey Asuero.
Al ver la monarca hermosa
Vastil del reino salió,
y sollozando dejó
el palacio la celosa.
Luego, por la nueva esposa
aquel monarca altanero
llamó al rico y al obrero
al banquete permanente,
y con to'a aquella gente
remolió medio año entero.
Justo ciento ochenta días
en palacio se bailó,
se cantó y se remolió
con to'as las melodías
en muy dulces armonías,
la música por doqué,
derramaban el placer
sobre el pueblo que danzaba,
y Asuero se emborrachaba
celebrando esa mujer.
tomando cierto recreo,
vio llegar a Mardoqueo
a quien el rey apreciaba.
Al judío acompañaba
una doncella mujer;
el rey, lleno de placer,
la contempló poco a poco,
y se volvió casi loco
por los amores de Ester.
El monarca, enamora'o,
la bella galantizó,
y el reina'o le ofreció
pa' colocarla a su la'o.
Luego que estuvo arregla'o
aquel cuncunato fiero,
a los jefes por primero
a palacio los llamó,
y allí un festín preparó
el famoso rey Asuero.
Al ver la monarca hermosa
Vastil del reino salió,
y sollozando dejó
el palacio la celosa.
Luego, por la nueva esposa
aquel monarca altanero
llamó al rico y al obrero
al banquete permanente,
y con to'a aquella gente
remolió medio año entero.
Justo ciento ochenta días
en palacio se bailó,
se cantó y se remolió
con to'as las melodías
en muy dulces armonías,
la música por doqué,
derramaban el placer
sobre el pueblo que danzaba,
y Asuero se emborrachaba
celebrando esa mujer.