Eran dos niños a medio criar,
Juan el más grande y el otro, Colás.
Eran dos pastores al monte pegaos,
viviendo entre vacas, de un perro ayudaos.
Iban cuatro inviernos que soñaban escapar,
cuatro primaveras que soñaban con el mar.
Voy a encerrar el ganao...
y así nos llegamos a donde está.
Desde Laviana hasta cerca El Berrón,
fueron andando camino a Gijón.
Al poner el sol, comenzaba a orbayar,
cuando hicieron noche al calor de un pajar.
Lloran en silencio al ver tanta agua dentro el mar.
Júntase allá lejos con el cielo, diz Colás.
No sé si tú estás igual...
con tanta humedad apetez mear.
Esta es la historia de dos pastores
que bajaron del Puerto Tarna a Gijón, a ver el mar,
y les puso una multa de 25 pesetas un policía municipal,
por verter aguas a la playa de San Lorenzo, junto a La Escalerona.
Juan el más grande y el otro, Colás.
Eran dos pastores al monte pegaos,
viviendo entre vacas, de un perro ayudaos.
Iban cuatro inviernos que soñaban escapar,
cuatro primaveras que soñaban con el mar.
Voy a encerrar el ganao...
y así nos llegamos a donde está.
Desde Laviana hasta cerca El Berrón,
fueron andando camino a Gijón.
Al poner el sol, comenzaba a orbayar,
cuando hicieron noche al calor de un pajar.
Lloran en silencio al ver tanta agua dentro el mar.
Júntase allá lejos con el cielo, diz Colás.
No sé si tú estás igual...
con tanta humedad apetez mear.
Esta es la historia de dos pastores
que bajaron del Puerto Tarna a Gijón, a ver el mar,
y les puso una multa de 25 pesetas un policía municipal,
por verter aguas a la playa de San Lorenzo, junto a La Escalerona.