La puerta del Cosmos se abrió lentamente
y allí Viracocha fundó
el mundo que vemos, las cosas y fieras,
y el c**to civilizador,
los valles y frutos, las bellas praderas
y el agua en un gesto de amor.
Reinó entre nosotros, amó entre nosotros
y un día de p***to partió
el Dios de la vida, el Dios de la Tierra,
cruzando las aguas del mar.
Igual Quetzacoatl, en Mexico un día,
los dos prometieron volver.
Mi corazón con su tambor,
golpea las puertas de Tiahuanacu.
Mi corazón en su dolor,
llama a las huestes de Tiahuanacu.
No son Viracocha los hombres que llegan,
no existe en sus ojos bondad.
Su magia es la muerte, su amor la riqueza
del pueblo del hijo del sol.
Mi corazón con su tambor,
golpea las puertas de Tiahuanacu.
Mi corazón en su dolor,
llama a las huestes de Tiahuanacu.
No son Viracocha los hombres que llegan,
no existe en sus ojos bondad.
.::.Nati.::.
y allí Viracocha fundó
el mundo que vemos, las cosas y fieras,
y el c**to civilizador,
los valles y frutos, las bellas praderas
y el agua en un gesto de amor.
Reinó entre nosotros, amó entre nosotros
y un día de p***to partió
el Dios de la vida, el Dios de la Tierra,
cruzando las aguas del mar.
Igual Quetzacoatl, en Mexico un día,
los dos prometieron volver.
Mi corazón con su tambor,
golpea las puertas de Tiahuanacu.
Mi corazón en su dolor,
llama a las huestes de Tiahuanacu.
No son Viracocha los hombres que llegan,
no existe en sus ojos bondad.
Su magia es la muerte, su amor la riqueza
del pueblo del hijo del sol.
Mi corazón con su tambor,
golpea las puertas de Tiahuanacu.
Mi corazón en su dolor,
llama a las huestes de Tiahuanacu.
No son Viracocha los hombres que llegan,
no existe en sus ojos bondad.
.::.Nati.::.